La última vez que vi a Ernesto me pareció extraño, con los ojos mirando al suelo y sin prestar la mas mínima atención de lo que estaba pasando a dos palmos de sus pies,como esos boxeadores sonados que esperan ver volar la toalla y han puesto en ella toda esperanza de futuro y salvación.
Lo conocí dos meses antes, cuando dejo en el taller algo parecido a un dos caballos estanpado de pegatinas diversas, según contaba, realizaba una especie de liturgia consistente en recordar los lugares mas sórdidos y horteras que la noche deparaba , colocando una pegatina en su citroen verde.Podías encontrar antros de torremolinos, la manga, la costa brava, un quijote de la mancha,una gitana en sevilla, su penélope intocable y veneraciones casi marianas de hojas de maría, como un feligres adictivo.Llegó acompañado de Alma, algo así como la mujer perfecta en la que los demás solo veíamos un flequillo moreno, unos tirantes blancos y unos baqueros azules tirando a negro, y con poca gracia , entendiendo por gracia lo que todos esperábamos que bajara de algún coche y que nunca bajó, ni tan siquiera se aproximó a dos kilómetros del taller. Desde el primer día , no dejó de pasarse todas las mañanas por el taller , cosas del aburrimiento pensé yo, rutina diaria , pero me hacia pasar 25 o 30 minutos de los mas divertido ,hablando de todo lo que se pudiera hablar en este mundo, un taller de automóviles , donde la buena conversación y el trabajo digamos que escaseaban.
7 comentarios:
Muy bueno! Me dejó con ganas de saber cómo sigue la historia de Ernesto y Alma.
Sí! Tal cual, queremos saber más!
WOW! donde me encuentro a Eric!
Jaja
Abraxo!
muchas gracias por pasar y espiarme.... encantada...
y me un al voto popular.. por favor!! como sigue???
besos enormes!
Lilya
antonio, gracias por la visita. también regresaré a ver qué sucedió con erneso y alma... por ahora me quedo con el enigma.
un beso
Ernesto y Alma... esperamos con ansias...
Seguiré visitandote.
Ciao
Ya, por donde se tome, me dejaste enganchada... de aqui seremos...
Saluditos
Saludos desde La ventna de los sueños. Qué buenas conversaciones debían tener para no trabajar. ¿Qé historias eran esas para escuchar?
Muchas gracias por pasarte por mi blog literario.
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