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domingo, 26 de diciembre de 2010

DICIEMBRE

Diciembre gotea de mis manos.
Sabes que no celebro
el lastimoso final de confeti y ausencias.
Los noticieros y sus resúmenes,
la pléyade de mamones rosas y sus resúmenes,
los periodistas de cámara y sus resúmenes,
el perdón y la nueva conducta futura.
La luminotecnia,
palmeras de luces inertes y chillonas
corretean el cielo entre silbidos,
muchachos de acné y traje de chaqueta
con lolitas disfrazadas en traje de noche,
esperan en las esquinas,
con suelo alfombrado de trozos de papel
pegajoso y sepia.
La madrugada presuntuosa y larga.
A las diez de la mañana,
Cuando los taxis transportan los despojos
de una noche acabada y miserable,
paseo por la ciudad desierta y muda,
inacabada. Soportando las enmiendas
y las nuevas voluntades de un mundo cabrón y egoísta.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Paseos matinales

Me sorprende la marea humana con mapa en mano y mochila a la espalda, mientras observo el escaparate de mi librero habitual. Soy de los que deambula por el éter literario de las portadas de algunos libros. Imagino a sus protagonistas, me invento una trama dependiendo del color de la portada, ahí de pie, separado por un cristal que me impide vivir las mil vidas que promociona ese escaparate que pasa tan desapercibido, ajeno a tanta visita externa.

Y en eso que mi hombro percibe cierto toque de abrir puertas. Al girarme puedo ver a una pandilla de veinteañeros solicitando información que tienen que repetir dos veces hasta que aterrizo en este planeta tan poblado, como invisible.
¿La Catedral?
La pregunta suena más a reproche que a súplica. Elevo la vista al cielo y veo su torre vigilante ante nosotros. Por un momento la imagino en un derrumbe voluntario cayendo sobre la cabeza de esta masa informe de hormonas y voluntades rotas.
Intento señalarla con el dedo, ahí a tres metros y, justo cuando quiero convertir mis pensamientos en palabras, la bullanguera marcha verde del turismo nacional, me da la espalda y pasa por delante de la catedral ignorándola por completo.
¿……? Ahora entiendo menos me digo. Vuelvo al escaparate de mi librero.
Parece que Gibson ha escrito el mismo libro con distinto título. A Lorca le deben de timbrar los oídos ante tanta imaginación literaria.
La hora del almuerzo. Pienso en mí dentro de 10 años. Es un juego personal en mis paseos solitarios.Me imagino en el escaparate de mi librero, interrumpido por turistas maleducados preguntando por la catedral que luego ignoran, observando el último libro de un decrépito Gibson. Si, como no. Lorca otra vez. Que alguien le ofrezca una paga vitalicia y deje de atormentarnos.
Sonrío. Una anciana no entiende mi imitación de Sheldon Cooper y cruza la calle.
Que la fuerza te acompañe. Me digo.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

J.

J. pregunta por los relatos olvidados en mi despensa tan selectiva como inútil.
Hubo un tiempo, no demasiado lejano, donde la ficción superaba con creces la cotidianidad, como una droga blanda y barata.
Tengo un personaje en mente de vigilia constante, humor de perros y mala suerte crónica, que intenta desandar sus pasos y comenzar de cero, sin deber favores atrasados.
Me gustaría escribir su vida. Los perdedores tienen el poder de la atracción. Literaria, naturalmente. Guardo el borrador en el cajón de su perfil de Facebook.
¡Que amistades tan extrañas se forman a golpe de click!

lunes, 8 de noviembre de 2010

A M.I.

Siento mi abrazo perdido
en las aduanas de Australia.
Siempre llega tarde cuando mas se necesita.
Ya ves M.I.,
nos cambia la vida
en el segundo mas inoportuno,
cuando las manos que ya no tocas
se convierten en cuchillos fríos
rasgando la vida futura.
Duele el dolor ajeno
de cariño distante y sincero.
La vida nos debe
créeme M.I., un día de felicidad extrema,
comida casera y sonrisas blancas de niño.
Lo siento,
aunque mi abrazo quede perdido
en eser mar dulce y frío que nos separa.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Silencio administrativo

Pues eso. Que ahora prefiero guardar silencio. Que no me apetece contar, y escribir me resulta aburrido y monótono. Una crisis vital supongo. Nada que no pueda arreglar una bonoloto. Desmiento los rumores que insinúan que mi letargo se deba a la crisis de gobierno de ZP o que la causa de mi tristeza sea la incorporación de Pajín en el gobierno de España, son ganas de meter los dedos en la llaga.
Lo dicho, con un poco de suerte un día de estos un poema me nubla la vista y amenazo a los presentes con sus letras melladas y torpes.

Ah, se me olvidaba, un amigo acaba de crear un página sobre mi ciudad: interesante. Nada de historia, ni arquitectura, ni arte. Por lo visto, se trata de lugares, situaciones y disfrute, aquí les dejo el enlace.

http://www.granadahastaenlasopa.com/

miércoles, 6 de octubre de 2010

Octubre

Llega el frío de otoño
a rescatar mis prendas olvidadas
con ese aroma tuyo que recuerdo vago,
reclamando presencias ya de ausencia total.
Mis manos de mañana temprana
se esconden en bolsillos
o mas bien en almacenes de papel reciclable
de números, palabras y tickets de bus.
Recelo del aire
y las primeras gotas de lluvia.
El otoño me sorprendió
en un principio de verano tardío.
Marqué tu número
y respondió tu voz extraña;
la de veces que octubre
regalaba sonrisas de niño.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Anuncios por palabras (II)

Huelguista y piquetero,
se ofrece para cerrar bocas
puertas y ventanas,
buena presencia y mejor yantar.

Autónomo busca piquetero
para cagarse en su puta madre.
Razón donde quiera usted,
hora la que prefiera:
Ya dejaré yo de trabajar
mientras usted se toca los huevos.

Profesional periodístico
a cargo del erario público
se ofrece para llevar a sus niños al colegio.
Serio y de confianza.
Sin fisuras en la cadena de mando
de la voz de su amo.

Dirigente empresarial
Desea cambiar pañales.
Especialista en quebrar ciertas empresas
y mandar a la mierda a otras.
Solo turno de tarde,
La negociación con el gobierno
me ocupa la mañana.

Buscamos personas serias
para dirigir sindicato de clases.
No se necesita experiencia
ni capacitación laboral.
Hacer la O con un canuto
es una prueba de acceso imprescindible.
Pedimos perdón de antemano
por la dureza de las pruebas.
Ánimo compañeros.

En Barcelona: llámenos.
Robamos, masacramos.
Prendemos fuego a los automóviles que desee.
El pánico es nuestro.
No lo dude, llámenos:
conexión directa con el caos.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Volver a empezar

El alquimista, renovado para una nueva temporada, aglutinó como suele ser habitual una muestra variopinta del asiduo visitante del sábado noche. Cuarentones de alopecia prominente en busca de lolitas de primero- si son de Bellas Artes mejor, comenta A. parecen mas abiertas a las lúdicas y lujuriosas noches “granainas”- modernos de documental de La 2, perros-flauta de diseño tabernero, pseudo artistas y blogueros en decadencia- perdón por la autocita-.


Podríamos vivir en el 97 o en el 2070. Creo que sería igual. P. sigue sin comprar un puto CD. El último data del 95. No cambia la rubia de la barra- que buena que está- y las copas siempre dejan en nosotros un triste olor a aguarrás destilado- las malas lenguas cometan que son de garrafa-.

Aún así, como cada año, inauguramos la temporada. Septiembre devuelve algo de vida a este ciudad provinciana que no deja de ser el culo del mundo.

Por cierto, antes de la visita, estuvimos de teatro con Els Joglars. Muy bueno. Demasiado. Sobre todo cuando en el palco algún político local fruncía el ceño. Lo dicho. Solo me queda pedir a los niños y niñas, estudiantes universitarios todos, que no meen mucho en mi portal en sus noches de fiesta. La universidad es otra cosa: o era.

Que Dios nos pille "confesaos".

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Lunes 7 de la tarde

No perdí las llaves.
Solo olvidé tu portal
de olor a macarrones,
con esa pintada en el espejo
que sé que escribiste tú
y que lees cada mañana
cuando sales a comerte el mundo.

Conoces mi neutralidad
en esta guerra de trincheras
convertida en monólogos de gin tónic
y limón amargo.
Mis conquistas te suenan
a discursos de ZP
enarbolando la bandera del bienestar social
“patrañas y mentiras”:
disparas a quema ropa.

Subo al ascensor
construyendo frases que suenen
dignas y sinceras,
dibujando taxis desaparecidos
y horas perdidas en una caminata larga y cansada:
maquillaje vespertino
sobre noches imperfectas.
“Sólo necesito saber a quien le importo”
leo en el cristal.
Abres la puerta y sonríes.
Necesito tus besos amargos de café caliente.

martes, 7 de septiembre de 2010

Para A.M.

Era tu canción. La cantábamos a gritos en aquel pub de Obispo Hurtado con sótano, aunque ahora con el mismo nombre habite en Carril del Picón. No teníamos ni idea de su significado y aun así como pipiolos que éramos, creíamos ser los reyes del mundo por disfrutar algo tan maravilloso que parecía nuestro.

Fíjate que hasta ahora- y han pasado años- nunca pensé en ti. Ni un minúsculo recuerdo de tu existencia. Pero ahora buceando por el Youtube, me encuentro de frente con una versión de The Cure que ignoraba y apareces de golpe.

He olvidado tu voz, y tus botas de media caña negra que eran la preocupación de tu madre me siguen pareciendo lo mas atrevido que llevaste nunca. Casi no recuerdo tu cara, solo destellos de tu sonrisa blanca y no tengo claro el color de tu pelo, ese cuyo olor, intentaba retener hasta el día siguiente.
Después de traducir la canción, aun me parece mas nuestra, a medida. Solo quería recordarte, antes que el tiempo se olvide de ti definitivamente. Se que lo hará.

Cuando la rutina aprieta,
y las ambiciones están por los suelos,
y el resentimiento cabalga fuerte,
las emociones no crecen.
Y al cambiar nuestros caminos,
tomando carreteras diferentes.
El amor, el amor nos destrozará otra vez.

¿Por qué la cama está tan fría
en el lado en el que tú estás?
¿Soy yo el que no está a la altura?
¿Hemos perdido el respeto mutuo?
Todavía queda algo de atracción,
que hemos mantenido a lo largo de nuestras vidas.
Amor. El amor nos destrozará otra vez.

¿Gritas todos mis errores
cuando estás durmiendo?
Tengo un sabor en la boca.
Mientras la desesperación aguanta.
¿Es eso algo bueno?
¿No podrá funcionar nunca más?
Cuando el amor,… el amor nos destrozará otra vez

Love will tear us apart. Joy Division

martes, 31 de agosto de 2010

Anuncios por palabras

Se venden palabras al mayor o detallista.
Ni hacemos descuentos ni devoluciones.
A ver si de una puta vez, elegimos correctamente.
Los adjetivos no se envuelven para regalo.
Pregunten por aquí,
responderemos a la mayor celeridad posible.


Ofrezco sexo a cambio de dinero
O dinero a cambio de sexo.
Me liao, da igual.
Llamen y ya tomamos una cañas.


Señora responsable se ofrece para cuidar ancianos.
A ser posible educados, calladitos
Y, de noches tranquilas.
Magnífica profesional,
mi aval es su futuro,
No llamen en horas de siesta. Gracias.


Estudiante universitario
busca similar para intercambio de:
japonés, finlandés o islandés.
Absténganse guarretes, es decir:
Gente desaseada.


Alquilamos apartamento céntrico
A dos minutos de boca de metro
1 minuto de parada de autobús.
Agua caliente y calefacción.
Nos lo quitan de las manos.
Llámenos o visítelo directamente:
C/ Sudores Malignos 3, 1º C
Erial de Alcahuete, Ávila.

lunes, 23 de agosto de 2010

Objetos perdidos

J. es un parásito enganchado a los pies de C. Sin embargo C. permite que J., garrapata disfrazada de torpe querubín, despoje sus venas de esa sangre roja y mestiza.

Un día, mientras paseábamos entre carreras de manteros y policía local, intentó convencerme de la bondad de J… Prefiero la bomba atómica, le dije.
Una mañana de azul de metileno, en una llamada casi perdida, soltó medio a ráfagas el fin de su unión con J. El amor tiene esa incapacidad atroz que nos hace perder la vista, el olfato y a veces incluso el tacto. Peor aún es la cartera: esa tarda mas tiempo en recuperarse.

martes, 17 de agosto de 2010

Los ladridos del hombre perro

Anoche llovió.

Que desastrosa actitud.
Bajo las canales destrozadas
de verano sediento,
repiquetea la lluvia
sobre los contenedores de basura
y leo un mensaje de R.:
“los ladridos del hombre perro”.
Silba el aire de tormenta
y las ventanas se cierran
al compás de una bulería triste.
Se amortiguan los sonidos,
bajo la lluvia inquieta
no logro escuchar los ladridos.
Mi hombre perro
no ladra a la noche de agosto.

domingo, 8 de agosto de 2010

El último deseo de Armando Cortés

Armando Cortés; distribuidor de estupefacientes, especialista en trata de blancas, explotador de inmigrantes ilegales, juerguista y padre, murió viendo cumplido su último deseo. Si, ese deseo que todos llevamos dentro y que la mayoría de los mortales ignora por vergüenza o escasez de medios.

Toda la vida de Armando transcurrió en una especia de carrera o huida a ninguna parte, escapando de todos y escondido de particulares con un trato digamos no muy afectivo a su persona. Cuando Ramírez- médico desde hace diez años, gracias a las labores de benefactor del patriarca del clan- detecto un avanzado cáncer de colon, imaginó la reacción de Armando ante tal noticia. Imaginó gritos, insultos, descalificaciones a su pericia médica, pero no. Armando reaccionó de una forma sensata, atendiendo a las explicaciones de su apadrinado con la resignación del que se sabe perdido. Así que se dispuso a realizar todo aquello que quedó sin hacer en su vida y a realizar su último deseo. A sus hijos: Belén y Canduterio- como su padre, aunque ahora su hijo se hacia llamar Aurora Boreal, la mas chic de todas las drags- legó todos los negocios legales: compra y ventas de oro, bingos, salas de recreo y un macroputiclub a las afueras de la city que se hacia llamar El jardín del Edén. Los ilegales los distribuyó entre verdaderos colegas, discípulos y como el decía: toda esa gente que ha estado conmigo toda la vida. Pero lo que le hizo feliz verdaderamente fue ver cumplido el deseo de su vida.

En el barrio, en La Plaza de las Palomas junto a esa fuente donde tantas veces bebiera agua, ahí donde inició la venta de esos gramos de hachís, levantó con el beneplácito de las autoridades pertinentes- a saber a cambio de que- una escultura de tres metros de altura, donde Armando con su pañuelo al cuello, su palillo de dientes sujeto por esos labios carnosos, su chaleco y ese sombrero de ala ancha rematado finamente con una pluma de pavo real, dirigiendo su mirada al mundo, arrogante.

Y unas letras, al pié de tal insigne figura, resumen del paso de tan curioso personaje por este mundo.

“A Armando, que tanto por culo dio”

lunes, 2 de agosto de 2010

A.

A ella le parece perfecto fijarse en las manos de las mujeres, sobre todo cuando él le comenta que a través de ellas, puede deducir el tipo de vida de su propietaria; la educación, el trabajo, su vida social, su ascendencia, incluso en algunos movimientos de sus manos, su deseo, su ira o su vergüenza.

Que buena perorata piensa A. No soporta al hombre que va de sensible, al modesto, al tímido púdico. Más, cuando su escote llega casi al ombligo y muestra generosa al mundo el perfil de unos senos de 1.500 la unidad, deseosos de ser saboreados como un generoso y sabroso néctar.
-Ahora estoy leyendo un libro sobre la influencia de la poesía en la sociedad del XIX- comenta el infeliz. A. piensa que le importa una mierda la sociedad del XIX. Incuso a la del XXI, que mandaría a tomar por culo con la sonrisa de un párvulo.
Se hace el remolón a la hora de pagar la cuenta y, se imagina si también ahorra en energías lascivas en cuanto lo lleve a su apartamento.
Pero A. sonríe interiormente saboreando una imagen. La de este tipo buceando bajo una falda y encontrando una sorpresa mayúscula. El contacto de una carne que A. rememora ajena: el único recuerdo de su antigua vida: una verga que parece prestada. Sueña con los 4.000 de su construcción vaginal. -Ahí la vas a cagar mamón-, piensa subiendo al taxi cuando el infeliz comparte con el taxista esa sonrisa picarona de éxito nocturno.

domingo, 25 de julio de 2010

Visitas inoportunas

Cuando Pedro abrió la puerta de casa nunca pudo imaginar encontrarse con aquella imagen tan lamentable. Al encender la luz del recibidor, le sorprendió que todos los cajones de la cómoda estuvieran abiertos. Que todos los armarios, todos los muebles, todas las estancias, incluso la alacena, estuvieran de patas arriba.
Hablaba con el sargento de la guardia civil, intentado enumerar los efectos sustraídos, aunque no estaba bien seguro de todo lo que faltaba. Lo primero que hizo al llegar al dormitorio fue observar la caja de caudales cerrada tras un réplica- bastante mala por cierto, pensó el benemérito-, de Las Meninas de Velázquez. Al abrirla, su cara delataba la desesperación de la perdida.
El sargento le sugirió que hiciera memoria. Joyas, dinero, la descripción de cualquier objeto,-cuanto antes sepamos que buscar, antes sabremos por donde-.
Cincuenta minutos de una pormenorizada enumeración de objetos de valor, joyas y dinero en efectivo. A nuestro sargento solo le quedaba una última pregunta.
¿Algo más de valor que crea que haya sido sustraído?
Bueno, si he de ser sincero, mi mujer.
¿Su mujer? Preguntó atónito el sargento.
Sí, me abandonó hace más de cinco años y si ustedes pudieran darme alguna pista, se lo agradecería. -¿Y por que ahora y no antes? Le espetó el representante de la ley.
Simple, es una de las dos personas que conocían la combinación de la caja fuerte.

martes, 20 de julio de 2010

Cero infinito II

Las 10:30 y en la cafetería de la facultad no hay ni una pista sobre el paradero de Ángel.

Carreras de jóvenes de primero, tertulias de avezados expertos en el desarrollo universitario fumando tabaco negro, seudomodernos con aire de escritores proscritos, bedeles dando la nota y algún que otro profesor con ínfulas de seductor. Un jungla variopinta de los habitantes de esta nuestra querida facultad. Pero Ángel no aparece, ni tampoco aparecen mis apuntes que tan relajadamente me ofrecí a prestar. Pasa media hora de la acordada y me hago a la idea de la pérdida de mi propiedad. Aprovecho que el inicio de las clases despeja la concurrida barra para pedirme una menta poleo. Pago y me dirijo a una mesa junto a la puerta, de espaldas, la presencia de Ángel es solo un espejismo.
Debe dar comienzo una de esas clases magistrales o puede que sea víspera de un puente tan esperado que las carreras y gritos anteriores dejan paso a un silencio agradecido y reservado a lugares de buena conducta y corrección.
Si tuviera que elegir mi zona preferida de la facultad, contra la opinión de muchos, nunca sería la cafetería. No soporto las mesas repletas de vasos impregnados en café, las colillas amontonadas en ceniceros huérfanos de limpieza y a los camareros con lamparones de infelicidad temprana......

miércoles, 14 de julio de 2010

María

María tiene novio nuevo. Si. Del otro lado del charco dice. Lo conoció en un foro sobre colección de mariposas. Lo que la enamoró perdidamente de Juancho- así se llama su novio- es que solo le interesaran las mariposas con las alas rotas. Vio en ese instante una metáfora de su vida. Una metáfora perfecta. María siempre se sintió tan vulnerable, que al fin encontró o creyó encontrar quién curara las heridas de su corazón marchito.
Con el cambio horario, ocho horas me cuenta, casi no duerme para poder hablarle por su Messenger, mi autopista del amor me cuenta: a mi me suena cursi, tanto como Bisbal vestido de mosquetero. Por lo visto María desconoce su rostro, sus manos, su sonrisa; ni una mísera foto que identifique al hombre de su vida.
Una tarde cuando fui a buscar a Pedro que siempre tarda más de la cuenta, me contó en la salita que tiene pensado ir a conocerlo. Tiene casi esos billetes de avión a ninguna parte. Todo esta listo me dice. Salgo con Pedro y bajando en el ascensor le comento: ¿a tu abuela le ha dado fuerte con el de las mariposas eh? Dímelo a mí: me responde resoplando. Tengo la duda de insistir con el tema u olvidarlo. Realmente no se, si a Pedro le molesta que hablemos de las historias de su abuela. Se coloca la pajarita mirándose en el espejo del ascensor y cuando se abren las puertas me responde casi con vergüenza: lo peor fue aquella vez con la webcam. Miedo me da. No me atrevo ni a mover un músculo.

jueves, 8 de julio de 2010

konichiwa

Las avispas merodean los charcos exiguos de la calle
y las paredes comienzan a sonar dilatadas.
En esa parada del 23
que mantiene un banco de madera gastada,
hay un kani porculero
tocando una rumbita graciosa,
que a mi me parece un bombardeo hortera
de tópicos, que a una rubia guiri
le hace mover los pies con la gracia de un ganso.
Y ahí se alza una voz lejana,
y un coro de pedantes arremete a saco
con el estribillo fantasma, y la raja de tu falda
acuchilla mi costado, y resoplo a 38 grados.
Un perroflauta me pide 50 céntimos
e intento sortear la meada de su perro, grande, negro
que busca una sombra,
y solo encuentra una papelera que olisquea
casi suplicando.
Ahí llega, mi salvador, mi bus.
Mi conductor preferido mira al kani, al perro meón,
al perroflauta, a cinco pijos moraos cantando.
Me mira y no lo duda- tiene cojones me dice-
Encojo los hombros y me siento junto a una japonesa.
Me sonríe, la sonrio, En unos segundos
la imagino en poses impúdicas, feliz, gozosa,
susurrando un japonés lascivo a mi oído.
Despierto del sueño oriental en mitad de Gran Vía.
Al bajarme del bus le digo adiós a la nipona con la mano,
y al pisar la acera, una gitana de romero en mano
me da la bienvenida.
Me gusta el invierno me digo.
Me acuerdo de la nieve golpeando mi ventana.
Hola dijiste, mi tardanza de cinco minutos
te provoca cierta seriedad. ¿Te gusta el verano?
Y no se que respondiste,
Hubo un mar de gritos que apagaron tu voz,
Miré tu perfil,
y en un segundo, pensé que no estría mal
que hablaras japonés.

lunes, 5 de julio de 2010

Cero infinito (I)

Me gusta cruzar el río por el viejo puente. Esa frontera natural que marca nuestra procedencia con un orgullo vacío e insípido. Me gusta caminar por el barrio ahora repleto de kebaps, tiendas chinas, carnicerías senegalesas, peluquerías musulmanas. Parece como si las nuevas generaciones tuvieran el color de piel inimaginable en años anteriores en este barrio obsoleto, teñido de rojiblanco los días de partido.
Vivo en la misma casa que mis padres habitaron desde los años sesenta y que tuvieron que abandonar por la edad, acrecentada por la falta de ascensor que dificultaba las salidas y llegadas hasta la cuarta planta. Ahora viven en un apartamento del centro. Hicimos el viaje a la inversa, yo volví al barrio y ellos disfrutan del centro, donde a veces pienso que no debí salir nunca.
Del barrio siempre me sorprende la falta de sombra. Las nuevas partes nobles parece que disfrutan de un mísero parque, donde abuelos y corredores mañaneros, disfrutan de los apenas dos mil metros cuadrados de arboleda dispar...............

lunes, 28 de junio de 2010

Hombres o mujeres

Para mí- comentó Juan como quien imparte cátedra- solo hay dos tipos de mujeres: las bellas y las ajenas. A lo que Marisa, mientras cortaba su filete con un cuchillo torpe, no le dio la más mínima importancia. Para ella, los hombres solo se clasificaban en tres: bobos sin recursos, bobos con recursos y estúpidos completos. Cuando Juan recogió su visa al camarero, le susurró por lo bajo una invitación sobre incursiones en jacuzzi y sábanas de seda. Marisa descubrió una cuarta categoría: pedantes sin escrúpulos.

Lo siento- comentó con una leve sonrisa- le debo una noche tranquila a mi perro.

domingo, 20 de junio de 2010

La esquina de Julio

A Julio, solitario y cabrón, no le importaba lo mas mínimo que sus chicas trabajaran en esa esquina donde los maderos solitarios y pendencieros, lavaban sus trapos sucios e intercambiaban teléfonos de móvil con la misma rapidez que los billetes de quinientos.
Yo he visto a Julio presumir en barras de bar de impunidad, de extorsión: de rebajas en lluvia dorada a ciertos jueces, a lo mas granado decía. Pero las uñas cuarteadas y a medio pintar de sus putas sin papeles, las ropas de mercadillo y el tinte ya negro en la raíz de un rubio platino de un tiempo mejor, no encaja en un mundo fascinante y glamuroso. A Julio, el alcohol, le hacía tan fanfarrón que perseguía las vespas rojas como a moscas de cocina, palabras vacías de acciones. A Julio, se le iba la mano. No le importaba maltratar por cuarenta euros de menos en noches frías, donde casi era un milagro sacar veinte a cualquier insensato que se jugara su salud en aquella esquina. Por eso, cuando a Julio le dieron puerta, una especie de alivio pasajero recorrió el barrio. Se dice que fue un policía, la competencia, asuntos de drogas, incluso una amante despechada. Pero yo se quien fue y no lo pregona por las esquinas. A veces la vida nos enfrenta con héroes anónimos sin motivos aparentes. A Julio ese día, le traspasaron el negocio, y ahora nadie paga alquiler por usar esa esquina.

sábado, 12 de junio de 2010

El baúl de las palabras robadas.

Mi arcón preferido contiene algunas letras robadas a destiempo, con la velocidad urgente del robo perfecto. Visité bares, donde algunos adjetivos olvidados en la barra parecieran llamarme a gritos para darles otra vida más acorde y segura. Hay bares de tabaco negro y pena reciente donde me siento a escudriñar, observar, estar al tanto de alguna exclamación fortuita olvidada en cualquier respaldo. Las filas del bus: las palabras pasan de bolsillo a bolsillo con la inseguridad de un toro mecánico de cartón. Mi primera palabra robada fue “estúpido”. Después de coleccionar adicciones múltiples, innecesarias e insalubres, la encontré instantes después de ser dirigida a un motorista por una señora de mediana edad en un paso de cebra.
Abro mi baúl y me gusta verlas amontonadas a su aire y lazarlas al cielo- un manojo de vida ajeno, que veo caer a mi cofre como un tesoro-. Los espacios abiertos son inseguros. El eco- competencia desleal- siempre juega en casa y me falla el factor sorpresa. Otra que guardo con gran afecto es” lamelibranquio”. Bonita ¿verdad? Reconozco mi falta de cultura, criarme en la calle tiene estas cosas, lo que ganas por acá, se pierde por allá. Fue tanta la impresión causada que saludaba a mis amigos con la palabra. Es curioso, he descubierto que el desconocimiento produce cierta tensión.--- Eres un lamelibranquio perdido--- provoca silencios que parten la pana.
Hay palabras que desecho, no me gustan, parece como si mi colección perdiera valor- , tronco, alianza, ONG, injusticia, marrón, abertzale, nacionalismo ….- denigrantes.
Ahora es otro cantar. Con la crisis nadie deja ni un te quiero sobre una mesa. Un “te odio” que producía cierta grima ahora es un valor cotizado.
De casualidad, olvidada en un banco público o quien sabe si menospreciada por la competencia, encontré la palabra “amargo”.
No lo hice por desprecio, pero hubo un segundo eterno y me vi robando y haciendo el mal sin el único motivo del placer de acumular el bien ajeno. Ya es hora-me dije- de ganarme mis propias letras y fabricarme algo de respeto ajeno.
Ahora como penitencia, voy dejando mis palabras en esquinas olvidadas, plazas, reuniones y fiestas. Vengo de dejar “lamelibranquio” en el asiento de un bus de la Línea 23, justo antes de bajarme en la parada de la Casa de los Tiros, donde una presentación literaria condensa por lo que parece, a lo mas granado de la ciudad.
Lo que sabrán ellos el dolor que provoca, desprenderse de las palabras que uno ama.

lunes, 7 de junio de 2010

Asfaltos criminales

Fue como al abrir una nuez.
Pasó ese bus rojo sobre aquella
paloma embustera y sus huesos
no prolongaron mas de un segundo de sonido.
Te miré. No volvimos la vista al asfalto
y me hablaste de lo incierto de la vida,
de cómo acaba todo en un segundo.
Sabía a donde íbamos, a donde nos llevaría
ese café eterno en palabras rebuscadas
para sustituir un hasta nunca por un quien sabe.
A mi también me duele el destino pensé,
y no tiento a la suerte picoteando asfaltos criminales.
Me dio pena verme tirado en el asfalto
en tu adiós lastimero,
nadie giró la cabeza al oír mis huesos quebrados.

jueves, 3 de junio de 2010

Corazon de navaja (2)

Tenía por entonces diecinueve años y aunque solo la superaba en tres, parecía como si aquella criatura joven, fresca y brillante, me hiciera mayor de treinta.
Tomaba coca-cola y le gustaba despegar las etiquetas de la botella para escribir poemas que posteriormente arrojaba al suelo en pequeñas bolas de papel arrugadas. Otras, realizaba figuritas indefinibles, leía y releía sus poemas hasta que empujada por quien sabe que, los hacia tiras de papel con reverso plateado que hacía girar sobre la mesa del bar. Cuando ella iba al lavabo, yo tomaba esas pequeñas bolas parecidas a migas de pan del suelo e intentaba unirlas en un puzzle contra reloj que nunca conseguía realizar.
Mi vida con Lidia fue un constante sube y baja, una montaña rusa frenética, donde el final del viaje era esperado por ambos, aunque tuvimos que esperar demasiado; algo mas de diez años.

viernes, 28 de mayo de 2010

El secreto del hombre bala

Del verano, cuando me iba al pueblo y mis padres dejaban mi tutela a cargo de mis abuelos, lo que mas me gustaba era el circo. Pero no imaginen un circo de tres pistas, leones, tigres, trapecistas o innumerables payasos festivos, no. El circo que llegaba a mi pueblo lo constituían tres malabaristas, una pareja cómica, un oso viejo y cansado y el hombre bala.
Nos hacían reír, era barato, y al final de cada función, acabábamos todos los niños del pueblo en el centro de su única pista, bajo una lluvia de confeti fabricada con periódicos usados. Durante los quince días que permanecía en el descampado, el circo era la vida de toda la chiquillería. Ahí conocí a Miguel: el auténtico hombre bala, no las malas imitaciones televisivas, capaz de volar veinte metros y caer sobre una lona sin un rasguño. Miguel era de mi altura, aunque tenía 30 años más que yo. De cabeza casi cuadrada y piernas arqueadas. Durante ese verano fue mi mejor amigo.
Me escapaba en la siesta cuando mis abuelos descansaban, aunque creo que ellos sabían perfectamente que me iba a la explanada. A veces, miraba a Miguel duchar con una manguera al oso viejo del circo y acabamos todos mojados. Con la confianza y el roce, un día le pregunté a Miguel por que se hizo hombre bala. –Te confiaré un secreto- me dijo. Me enamoré de la mujer del domador en el mejor circo del mundo, el más grande que puedas imaginar. Había tantos animales, que teníamos a tres personas encargadas de su alimentación. Imagínate, una función diaria para miles de personas, viajes a las más importantes capitales del mundo, pero ay amigo, el amor llamó ami puerta. El domador conoció de buena tinta nuestra relación y nos dio dos opciones. O abandonar el circo o la vida, yo elegí seguir trotando por este mundo.
Redoble de tambores, Miguel vestido de Capitán América se introduce en un pequeño cañón algo mas grande que el, un señor de bigote y frac enciende una mecha y POOOM. Por mas que lo veía me seguía fascinado. En la malla, a veinte metros con su casco plateado saludando al público entregado, Miguel era el amo del mundo.
No volví a ver a Miguel, el circo de fue, ahora en el descampado hay un Carrefour, donde en su gasolinera cargo mi depósito y pienso en el secreto del hombre bala.
Prefiero creerlo, aunque se que es mentira. Supongo que la vida de Miguel, no fue nada fácil en unos años en donde ser enano no tenía muchas salidas.
Por eso, cuando llega el circo a la ciudad, como un niño mas, algo mas alto y de mas edad, estoy en primera fila, esperando al hombre bala, aunque de sobra se, que ya nadie hace por meter a nadie en ningún cañón.

martes, 25 de mayo de 2010

Perdí, perdiste: perdimos.

Fabriqué un mundo donde los días
amanecían disfrazados de payasos tristes.
Por favor: devuélveme mis horas.
Nadie dijo que tu vida,
Iba servida a cobro revertido.

martes, 18 de mayo de 2010

Corpus Christi.

Había figuras y sombras.
Y adoquines rebosantes de agua
que dejaban nuestros pantalones sucios
de salpicaduras y miradas
a las mascaras de alérgicos tristes.
Porque al entrar en Gran Vía
con esa gorra marrón e infinita de parasoles,
dejaste mis labios, a mis ojos rojos de polen maldito
perdidos entre zapatos nuevos,
junto a un helado de los italianos.
Y me quedé solo,
mirando al suelo y sus geranios rojos,
comiendo lágrimas
con chocolate negro.
Sonaban cohetes festivos
y los globos perdidos en el cielo
de colorido plateado
lo vieron desde lo alto y tu, ya no estabas.

martes, 11 de mayo de 2010

Fragmento de "Corazón de navaja"

Sabías perfectamente que mis padres no me dejaban jugar en la explanada de la casa encantada, aquella que con la edad y el tiempo se convirtió en el hogar de Eva, la delgada y pecosa novedad a la que declaraste amor eterno nada más verla.
La señora Luisa fisgaba por los bisillos, espiaba nuestra colección de rabos de lagartija en aquel bote de Nescafé –como lombrices, pero con más nervios-, miraba como saltábamos la verja de la parcela vecina, porque daba el sol todo el día y decías que arrojando agua a los huecos, podríamos ver salir corriendo a las lagartijas y con solo atraparlas soltaban el rabo. – Les sale otro, tranquilo- decías abriendo el bote, ampliando la colección. Doña Luisa siempre iba con el cuento a mi madre. Lo recuerdo bien, su cara seria y el silencio solo interrumpido por sus reproches y sus pocas ganas de tener que recibir a los vecinos solo por la mala conducta de su hijo y esa especie de delincuente que eras a sus ojos, aunque creo que no eran los únicos que pensaban de esa manera.....

lunes, 3 de mayo de 2010

De la vida de Ernesto Juárez (II)

Le gustaba aparecer por los clubs latinos, su pretendida solidaridad solo escondía una gran dosis de autoestima y ostentación grosera. Así fue ganando adeptos o amistades, no hay una gran diferencia, ampliando el círculo hasta conocer a los colombianos que cambiaron el curso de la historia, o de su historia.
Ya lo veíamos de tarde en tarde. A su sombra, siempre flanqueado por sus dos amigos, como si no pudieran pasar el uno sin los otros. Se comentaba que hacían de mula para él.
Incluso con el tiempo, se rumoreaba que uno de aquellos acompañantes acabó mal cuando se le reventó una bola de cocaína en el estómago. Pero la verdad y a fuerza de ser sinceros, no podría confirmar estas aseveraciones, los momentos que coincidíamos con Ernesto solo se limitaban a cuatro frases cortas y casi con desgana.
Yo me fui separando de esa vida, poco a poco, con naturalidad. No es que estuviera harto de no hacer nada, de buscarme la vida o sacarme un dinero con poco esfuerzo. Fue un proceso natural y sin complicaciones. Pero antes de eso, tuvimos que hacerle un favor, o así nos lo vendió. Un favor de tres mil euros por barba. Una locura vista desde ahora. Un último intento de exprimir nuestra amistad........

viernes, 30 de abril de 2010

Aviones


Desde aquí, desde este hueco de luz
veo el cielo, cruzan las estelas de los aviones
y se mezclan antes de difuminarse
como la saliva de las parejas adolescentes.
Los miro sin interés,
con la calma del que observa crecer una planta
o ve cagar a un perro: puro accidente visual.
Reivindico un puesto en el ministerio de igualdad.
Mi ignorancia expuesta
aumenta el preciado valor de su conocimiento.
Me gustaría editar un libro de relatos,
pero sería doloso pagar tanto
por tan poco.
Hay menage a trois solitarios.
Si pudiera contar los lunares de mi espalda
siempre acabarían siendo múltiplos de dos.
Demasiados pensamientos mientras observo aviones.
Un “notas” fuma junto a un perro asesino
sentado a sus pies, mirando con ojos cansados
a los paseantes que sortean su figura.

viernes, 23 de abril de 2010

Tormenta

Me salpica tu abril de brazos largos
y afectos, prendido de alfileres
en mapas invisibles
que tus labios fabrican en mi espalda.
Mi despertador matinal sincrónico.
Los cumulonimbos,
ofrecen a las terrazas de los bares vacíos
la lluvia que únicamente tú rebosas.

sábado, 17 de abril de 2010

De la vida de Ernesto Juárez

Tenía cuatro habitaciones y dos baños con una cocina grande. Estaba amueblado de esa manera que tienen los pisos de estudiantes que parecen un catálogo de muebles de épocas pasadas. Lo encontró en esas casualidades que la vida les brinda a esos tipos despiertos, pendientes de cada palabra y cada movimiento que se produce a diez metros a su alrededor, como si todo su futuro dependiera siempre de una voz, una cara o una noticia................

domingo, 11 de abril de 2010

LIBROS


Se acerca la feria del libro y propongo un juego malicioso.
¿Qué libro no compraríamos nunca? O ¿Qué autor se nos atraganta de tal forma que no logramos terminar ningún libro suyo? O directamente ¿Qué libro no mereció el precio que pagamos por el?
Tiro la primera piedra y espero que no escondáis la mano.
Aunque lo intento jamás he logrado pasar de las veinte primeras páginas de un libro de Saramago.

Sinceridad y buena educación:
Gracias

lunes, 5 de abril de 2010

Rafael Buendía

-Deberíamos darnos un tiempo,
salir, conocer gente diferente, ¿no crees?-
- Me parece bien-, respondió Rafael con su voz casi metálica.
No soy de las personas que les gusta encasillarse con una relación-.
Al abrir la puerta, la enfermera de guardia encontró como cada mañana desde que lleva trabajando en el asilo La edad de Oro, a Rafael Buendía en la habitación de Celia Fuentes. -¿Usted no se cansa nunca verdad Rafael?
-Verdad-, comenta Rafael encogiéndose de hombres. -Me gustan tanto las mujeres…..-

domingo, 28 de marzo de 2010

New York


Yo quería verme en New York
rodeado de edificios altos.
Sobre el borde de una acera humeante
intentando brazo en alto
parar a uno de esos taxis amarillos
conducido por un hindú simpático y barbudo.
Yo quería verme en New York
reflejandonos en un Hudson frío,
bajo ese puente que tú si sabes
probablemente no pise en mi vida.
Quería verme frente a los Dakota
indagando lo inexplicable
de tanta violencia absurda.
Pero mi miedo a volar
fabrica soldados gigantescos
pacientes e inmovilistas.
Me duelen las caídas junto al Rockefeller Center
tanto, como mi imaginación pregona.
El albero del Central Park
no conoce las huellas de mis zapatos
y en el J.F.K., aviones como abanicos abiertos,
perfectos en multitud de colores,
parecen expuestos para un engaño cómplice.

No, no aseguro
no pisar Queen´s,
ni hacer mi ruta literaria por un Brooklyn
salpicado de palabras mudas.
No me niego a sicotrópicos canallas
anulando voluntades mentales,
despertando sobre la bruma del Empire State.
Sabes que te debo una visita a la isla de Ellis,
aunque sé, que son tantas voluntades perdidas
que ni el ferry a New Jersey
pagaría tantas deudas pendientes.
En Luz de Domingo
me adelantaba al protagonista
enumerando las vistas de esas postales sepias,
como si mostraran algo nuestro
compartido a todo el mundo.
Imagino mi seguridad aérea
entre cajas de cartón húmedo.
No me niegues un paseo por Times Square
¿Te imaginas que no pase la aduana?
Tranquila, Giulliani ya no rige nuestra ciudad favorita.

domingo, 21 de marzo de 2010

El secreto de Julia

Como cada mañana, Julia sale de casa con la única pretensión de no hacer de este día, algo transitorio y monótono. Sus Vialis de media caña picotean el suelo con un golpe seco. La precisión de sus tacones es tan armónico que parece tener medidos los pasos a dar en cada acera que pisa. A Julia le gusta el vivir bien, si entendemos por ello no tener ninguna responsabilidad laboral y disfrutar al máximo de los placeres de la vida. Trabajar el sexo sin intermediario tiene la ventaja de planificar los días con el desdén que proporciona una agenda a medio marcar y un dinero fácil que a veces cuesta tanto ganar, que produce vómito recordar a tanto cliente indigno para tal fin.
Pero Julia tiene un secreto. Julia se ve con una chica del barrio. Una chica normal. Una chica que hace suyo el no-logo, y que no sabe interpretar ese trabajo tan extraño que Julia parece no querer compartir con nadie. Añora la piel de Julia en las tardes muertas del fin de semana, las salidas inoportunas, las cancelaciones de citas tan esperadas como dolorosas.
Le gusta disfrutar de Julia, de sus senos firmes a dos mil la unidad, de sus piernas largas, tersas, de su sexo casi público, le gusta percibir a las horas el olor a sexo en su boca.
Pero ella no conoce bien la vida de Julia, no le importaría permanecer con ella
el resto de su vida. Aunque tuviera que abandonar una casa con marido incluido, gato y una colección de casas de muñeca que la pone de los nervios con cada nuevo fascículo.
Al secreto de Julia le llueven las dudas. No tiene un trabajo tan independiente y no se siente con las fuerzas necesarias para comenzar de nuevo.
Julia vuelve desde un lujoso hotel de la Gran Vía después de satisfacer la fantasía de una joven pareja de Madrid, con el tiempo justo para tomar una cerveza con su chica por El Campo del Príncipe.
Comienza una noche perfecta.

lunes, 15 de marzo de 2010

Mentiras y verdades.

A Serafín le gusta morder los labios de Ana.
A Ana, le gustaría a veces algo de violencia en las embestidas de Serafín, escondido en una monotonía perfecta que hace del sexo una partida de ajedrez predecible y rápida.
Jaime piensa en Ana mientras María ve la televisión a su lado. Jaime rejuvenece en cada excursión clandestina, en cada visita al hotel donde explora el deseo de cada botón desabrochado en la camisa de Ana.
A María el sexo de Jaime le parece monótono y triste. Pero es su sexo, compartido tantas veces que ni lo imagina en otros brazos. No perdonaría una mentira. Pero el sexo es otra cosa y, en caso de que se abrieran otras puertas, estaría dispuesta a aceptar que Jaime cruzara ciertos umbrales. Pero no, Jaime nunca buscaría lo que ella puede darle llegado el caso.
La mentira es una navaja de doble filo.
Ana besa a Serafín con el calor de un rescoldo perdido mientras suena un mensaje en el móvil con la hora y el lugar de su próxima cita con Jaime.

martes, 9 de marzo de 2010

DÉCIMO ANIVERSARIO


He vuelto al Alquimista. Décimo aniversario. Las mismas caras, las mismas conversaciones,
las mismas nuevas canciones. Creí ver a V. paseando su tristeza infinita sobre fondo rosa. Estoy seguro de haber visto a P. haciendo turno en el baño: un buen tiro bien vale la espera, comentó algún día. He oído las voces lejanas de J y Al,- no tío, Inmaculate Fools no. Dejate de jodiendas y mariconadas-. A Jav. que intenta sin éxito tirarse a la rubia de la barra. La verdad que la tía está muy buena, pero después de tanto tiempo hay que arriar la bandera. La misma cerveza tibia, el mismo sabor del humo desmadejado, las incipientes calvas, la mala leche de siempre en la envidia colectiva. -Vaya mierda de último C.D.- le soltó D. a nuestro héroe sindico del actual star-system. - Cada uno compone lo que le sale de los huevos- eso tiene la crítica libre.
Las cervezas tienen el don de los amantes tardíos. Nos sueltan la lengua mas de la cuenta, nos hacen confundir afecto con sexo y, nos dan amparo hasta que acaba su efecto.
Diez años donde no ha pasado nada…………………
Por cierto, he leído tu último poemario. !Que mierda¡. ¿No?

jueves, 4 de marzo de 2010

Calle Santiago


Baches, granito,
agujeros de asfalto
y vidas pasajeras sobre ti.
Naranjos rotos,
basuras y atascos absurdos.
Solitarios de perro y bolsa en mano
desvirgando esquinas
limpias: regalos sorpresa.
Cofrades, okupas,
monjas, artistas, buses mini,
erasmus y obras.
Adoquines imperfectos
desembocan en la misma plaza
donde cada mañana
el centímetro que te queda de vida
amanece de kebap nevado,
mal oliente y respondón.

lunes, 1 de marzo de 2010

"PREMIO RAPIÑA MISERABLE 2010"




Hitlerianos por el Mundo, Stalin Vive, Pinochet Presente, Viva Franco, Por la memoria de Pol-Pot y diéz asociaciones mas, acordamos:
Conceder el premio” Rapiña Miserable 2010” al actor Guillermo Toledo por sus declaraciones sobre el asesinato del disidente cubano Orlando Zapata.
En donde refleja su mínimo respeto a la dignidad humana, su repugnancia hacia los derechos humanos y su siempre decidido tesón en contra de la libertad de los pueblos oprimidos.
Y para que conste, solicitamos al Ministerio de Cultura del Gobierno del Reino de España, conceda una subvención de 30.000 euros para que nuestro héroe incomprendido, disfrute de una semana en las playas de Cuba y pueda mostrar al régimen, su falta de moral y sensibilidad ante las continuas palizas, encarcelaciones, asesinatos y continuos atentados a los derechos humanos que comete el régimen de sus adorados hermanos Castro.


ENHORABUENA CAMPEÓN.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Abierto 24 horas

Para robar una cartera- me dijo Alejandro en la boca de metro de Callao- solo necesitas dedos ágiles y la templanza de un torero retirado.
Por Preciados, entre ríos de gente, buceábamos entre bolsillos hambrientos y bolsos huérfanos. Hay días- me dijo Alejandro- que es mejor sentarse y ver pasar el mundo.

sábado, 20 de febrero de 2010

Anuncios por palabras

Llegué por su anuncio en la prensa local convencido de encontrar la mía.- Vendemos la canción de su vida, abarcamos todos los estilos, éxito asegurado y si no queda satisfecho le devolveremos su dinero-.
Estaba cansado en ese estado de orfandad permanente, observando como cada cual tenia una canción perfecta y armónica que representaba su vida con mas o menos exactitud.
Intenté adoptar alguna, pero aquello, en vez de definirme, me encorsetaba en estados mentales tristes, opacos y transitorios. Un dia, por contarles, tomé para mi Canned heat de Jk y aquello era terrible. Era entrar en algún garito y ya estaba yo con el soniquete- ei d.j let the music play- lo que ganaba era la animadversión del tipo en cuestión para toda la noche. Cambié,- Morena me das candela, le dije que si…….- nada.
Otra época me dio por asimilar y hacer mía Abrázame de Mónica Naranjo. No contento con bajar al infierno auditivo, imitaba las aperturas vocales de tan ferviente defensora del rojo berenjena, hasta que los dolores en molares y cuello lo desaconsejaban. Mi último intento fue una versión en español de una canción del malogrado y desteñido Jackson. -Échale la culpa al boogie-. Y tanto que se la eché. El pobre se llevó los palos de mis noches solitarias.
Así que cuando leí el anuncio vi el cielo abierto, claro y azul. No era mal trato y por el precio, - no me pareció caro 20 €- estaba dipuesto a llevarme puesta la canción de mi vida.
Ahí estoy, ando con ella, conociéndonos. Parece como si el cariño tardara en aflorar pero no me resigno. Además, siempre hay que estar en manos de profesionales. Mi espíritu arrabalero agradece tanta dicharachería campera. No hay duda, es la mía………………… ….Mi jaca, galopa y corta el viento cuando pasa por El Puerto camini--to de Jerez……

martes, 16 de febrero de 2010

Telegrama de urgencia.

Deben de ser las tres. Stop
Creo, que de la tarde. Stop
La claridad bombardea las cortinas,
la luz traspasa los sueños y
los recuerdos comienzan a llamar a la puerta. Stop
Alguien debería decirle al vecino
que su voz no es agradable. Stop
Y menos a ese volumen. Stop
Amarga el sabor del vodka malo,
las canciones de estribillo fácil
y los roces de urgencia. Stop
Mi dolor de cabeza
es la ausencia de tus besos. Stop
Vigilia de los sábados oscuros.
Mentiras, siempre las mismas mentiras. Stop

miércoles, 10 de febrero de 2010

A título particular

¿Y dice usted que fue ayer cuando perdió la inocencia?
-Si, creame oficial, caer en sus brazos y perderla junto a mi cartera, fue todo en uno.
¿ Y no desea usted presentar denuncia?
- Si, pero solo si me prometen dejar al margen a mi familia.
Por supuesto. Solo una última pregunta:
¿Podría darme la dirección del susodicho?, a título particular: naturalmente.

viernes, 5 de febrero de 2010

Regresos

Te alejas.
Multiplicas por diez la distancia.
Tantas horas de vuelo
dan tiempo a desmadejar la vida de cualquiera.
Quisiera verte sonreír al pasear
por tus calles de siempre,
esas que nunca veré
y no soy capaz de pedir en imagen.
Imagino tus perros después de tanto tiempo.
Ya ves,
si no fuera por el pánico a volar,
me gustaría llegar
al nivel del mar de tu ciudad
y desandar tus calles de antes,
las que ahora recorres
con la atención de un turista disfrazado.
Tengo tres monedas
en el bolsillo trasero esperando cambiar de mano.
Tu última sonrisa,
tiene el precio justo de las despedidas.
El suficiente para alguien
que no soporta un interés al uno por ciento.
Recorre el interior de las venas de los bares
y brinda una cuzqueña al aire de las luces,
esas mismas que iluminan
nuestros juegos
en las horas tardías del invierno.

lunes, 1 de febrero de 2010

Un capuchino por favor

A las cuatro de la tarde de este enero invernal, en un sábado gris plomo estampado de rebajas y saldos, lo que más me apetecía era tomarme un capuchino rodeado de fotos de la Roma de los cincuenta, donde todo personaje parece un actor en un sepia ausente y emotivo.
Ahí estaba yo sentado en una mesa repleta de sobres de azúcar maltratados y ceniceros de completo, intentando ser visto por el camarero de mesa, mas pendiente de limpiar sus uñas que de mirar a los clientes.
Observo a la concurrencia y todo es tan absurdo que me pregunto en que planeta vivo. Hay una camarera de pelo rojo limpiando mesas, que a la mínima inclinación nos deleita con un tanga negro bajo un tatoo parecido a la marquesina del bus.
Dos abuelas intentan convencer a una tercera sobre lo interesante y conveniente de los bailes de salón promovidos por el ayuntamiento. Gratuitos, naturalmente. Después de veinte minutos de espera, nadie sabe ni conoce el paradero de mi capuchino. Lo vuelvo a intentar, mientras me mira un niño de no más de cinco años con la lengua roja de piruleta y madre ausente, de esas de peluquería y puntas hacia arriba que tanto furor esta causando en estos tiempos.
Llega mi capuchino y no es un capuchino. Es un café con leche con nata, un colofón sacrílego a tanta mediocridad. Decido irme, acabo de inventarme una cita con R, que a mil kilómetros ni imagina ser una excusa perfecta para huir de tanto mediocre.
Paseo por la Gran Vía, después del destierro forzoso aún me parece mas austera y sombría que antes. Grita un niño a lo lejos y reconozco a esa madre. Camina charlando plácidamente de la mano de una bolsa de chuches.
No somos nadie.

martes, 26 de enero de 2010

De todo corazón.

Los amigos de lo ajeno
inundan de ausencias
mis rincones preferidos.
Libros, discos, guitarras,
juguetes y fotos de juegos perdidos,
un hurto a compás indigno
con destrozos emocionales.
Ya solo nos queda la infancia R,
allí moríamos tres veces
en una mañana cualquiera.
Abono triste en tierra yerma
con libros abiertos en páginas impares,
desgarrados de hojas,
mutilados, expulsados de su mundo.
Las garras del odio
son mas fuertes que el pasado feliz,
inmune a cualquier mutilación física
expropiada a deshora.
Mi lugar idílico de infancia
se convierte en una llanto de trincheras
por vosotros,
que miráis a los demás
con sangre saltada en los ojos.
Ojalá permanezcáis sentados
frente a la miseria.
Esa que merecéis tanto
y que yo os deseo de todo corazón.

sábado, 23 de enero de 2010

De profesión, liberal.

Digamos que me llamo Juan: no necesitamos despertar recelos innecesarios. Soy un C.P.S. ¿Qué no conocen lo que es un C.P.S.?. Soy un consejero de profesiones supuestas, es decir; un señor llega a mi consulta con la intención de convertirse en actor y cuando sale, es el actor con mas glamour del orbe, creanme, o presentador, o futbolista, o primer ministro. Con la infalibilidad que me da el tiempo en esta profesión, garantizo un éxito del 90%. He tenido clientes agradecidos, que reconpensaron mi astucia con una dádiva generosa. Otros los menos, me acusaban de arruinar su vida. De otros estoy realmente orgulloso con mi trabajo.
- Dejate de ir así por la vida chico. Intenta ser cómo Gary Grant, se educado, que no te den mal royo las canas, serán tu tarjeta de visita y por último: ni se te ocurra promocionar ningún articulo hasta que lleguen los italianos con las cafeteras, confía en mi. Y confió. !No me dirán ustedes que George Clooney no es un buen trabajo…….!. Con Luisita no lo tenía tan claro- cambiate el nombre lo primero: italiano, griego, español, algo que al oírlo no pensemos en ti, depílate un poquito esas cejas, tíñete de rubio, que parezca que bailas- no tenía ni idea-. intenta tirarte todo lo que tenga dos piernas y sea importante, subirás como la espuma. Subió pero no es de mis trabajos mas entrañables, aunque creanme que algún que otro cd de Madonna he llegado a comprar.
Hay trabajos que te dejan huella. Esos que no se siguen al pie de la letra y acaban como acaban. Se lo dije- O’rourke, usted me dirá que no, pero esa O sobra. No se meta en peleas, profesionalmente digo, no le harán nada bien. Y déjeme los polvitos bancos lejos, ¿de acuerdo?. Pues no, la cosa no la tuvo que tener clara Mik.
También las reclamaciones nos enseñan a estar a la que salta. Recuerdo a un señor de Murcia que quería ser cantante,- que no señor, que yo no voy a cantar lo del Corazón Partío ese, pero……….. ¿a quien contrató usted para que haga esa memez de canción?. Con el tiempo recuerdo haberle entregado esa canción en un paquete completo a un chico madrileño, con una premisa- cuidadin donde la metes, o tendrás hijos a lo Julio Iglesias-. Mal pensados, él nunca estuvo en la oficina.
Pero hay trabajos que te dejan una vergüenza cutánea. Una tristeza contagiosa. Un mal recuerdo eterno.
Lo recuerdo como si fuera ahora mismo. Lo vi entrar y ya mi subconsciente me decía: este lo lleva crudo, pero aún así accedí a su petición. Quería ser Presidente del país.
Insistí en que lo dejara. Esa cara, esa sonrisa boba, ese porte burlón, esas manos inmóviles de brazos torpes, esas cejas.- ¿ Y no le vendría a usted mejor, ser presentador de un programa de ocultismo en la 2?-. Estoy dispuesto a darle todo lo que me pida, me contestó muy serio.
Y accedí. La única decisión en mi vida que lamentaré hasta mi muerte. -¿Qué he de hacer? me dijo uniendo sus dedos e inclinando su cabeza hacia delante como una peonza loca……………….Bueno le recomiendo tres cosas. Con los problemas que usted tiene de entrada, solo hay tres cosas que le podrían salvar:
Hable, mucho…….. que no le importe que los demás noten que no tiene ni idea de lo que habla. Rodéese de gente de un nivel intelectual parecido al suyo, recuerde……. parecido al suyo y si tiene hijos………….no los muestre en público, por favor, invente cualquier excusa.

Aún lamento el día que lo vi entrar por esa puerta.

miércoles, 20 de enero de 2010

Canciones de niños tristes

No hay Gran Vía.
Las luces de navidad
permanecen furtivas
esperando el destierro temporal.
No hay autobuses rojos,
ni estancos, ni mangantes,
ni japoneses, ni trampa ni cartón.
No hay balcones engalanados
de miserias urbanas,
no leeré tu pintada:
-tu vida es una puta mierda y lo sabes,-
que parecías dedicarme con afecto.
No hay Gran Vía,
los abuelos, autónomos de jardines de infancia
me pierden de vista,
y las claveleras no susurran:
regalado, a mi paso.
Siete días son muchos días
para contarlos segundo a segundo.
Hay ojos que brindan -un mar de copas- canciones.
Y canciones que dejan huella.
Lo único que me queda es beber mares:
de agua, por supuesto.

sábado, 16 de enero de 2010

Amor a primera vista

Han pasado tres días. Si, tres días. Te di el número de mi teléfono móvil como quien ofrece un tesoro a alguien que sabrá guardar el secreto aún en las mas horribles torturas. No he separado mi Nokia de mi en estas setenta y dos horas. He subido el volumen al máximo en alertas, mensajes y llamadas entrantes. Mi cargador de batería es un insecto en la mermelada traviesa de mi conexión wifi.
No hay noticias. Claro que pensándolo bien fui un tanto iluso al creer que recibiría tu llamada. Mi psicoanalista considera desmesurada la ansiedad que solo tu recuerdo provoca en mi. Cuando le comenté que cambié mi melodía típica de juego espacial por el I want you back de los Jakson Five, hubo una sonrisa socarrona que no me sentó nada bien.
Caminaba con mi móvil en la mano. Mi mas preciado tesoro. Mi única conexión a tu mundo. Mi psicoanalista me dice que no está bien visto presentarse en los lugares sin estar invitado. Yo siempre pienso que lo que estaría mal visto sería no pagar su consulta.
Pienso en tu cara, en tus manos, en ese maquillaje tan sutil. Ensayo mentalmente mis palabras ante tu posible llamada, hago acopio de adjetivos que califiquen todo lo que me atrajo de ti: tu aplomo, tu saber estar, tu seguridad, tu templanza, el no alterarte por lo mas mínimo. Mi psicoanalista me dice que no esta bien que ande por dependencias cerradas al público y fisgar lo que no debo, que los celadores un día me delataran a dirección. Mi psicoanalista me dice que no es serio pasear por los sótanos, por el depósito y hablar con los cadáveres y mucho menos dejarles en las manos papelitos con números de teléfono. Mi psicoanalista me dice que no esta bien.
Nadie entiende lo que significa realmente el amor a primera vista.

domingo, 10 de enero de 2010

No soy quién para decirte............

Llegó acompañada de M, en esas veces que el presente es un plato de fruta fresca en un verano caluroso. Las ilusiones, cuando se acompañan con besos con sabor a futuro compartido, son mas grandes aún y ahí, R quiso asirse con las ganas de un niño en sus primeros pasos.
Sé de buena tinta, que todo quiebra cuando surgen las primeras dudas, los primeros signos, los primeros amores furtivos. Y cuando se confirmaron, a R le nublaron las primeras nubes, esas que se recuerdan para mal por siempre. Creo que fue un poco después cuando conoció a J. O no sé, quizás lo conociera de antes, de esa amistades que proporciona una nacionalidad compartida a miles de kilómetros.
R creo que buscó en J su futuro truncado de golpe. Pero aquello, dicho de sus labios: fue solo una ilusión.

Lo primero que llama al atención cuando conoces a R, son las ganas de explorar mundos paralelos, de sentirse ella sobre todas las cosas, de no depender de nada ni nadie. A veces da miedo asomarse a sus ojos y descubrir que hay un abanico abierto, 180 grados donde poder elegir.

El pánico de formar parte en su elección es directamente proporcional al miedo de sentirse
ausente de la lista. Cuando vuelva con M -que lo hará, hay dolores mas profundos que una infidelidad- me gustaría saber que sintió.
Si, cuando las noches no eran noches y cuando los signos, las canciones y los amantes madrileños, dejaban un resquicio para entrar en esa luz maravillosa.

martes, 5 de enero de 2010

Relaciones.

Cuando J. cerró la puerta del taxi, las gotas de lluvia que despedía su paraguas formaron en su espalda un mapa mundis extraño y único, salpicado de pequeñas islas solitarias, un archipiélago independiente unido solamente al mundo por ese olor compartido a tabaco negro de su gabardina.
Al abrir la puerta de casa notó un silencio desconocido. Un silencio perfecto. Un silencio fabricado para percibir el silencio. Una obra maestra de ausencia total de ruido. Encendió la luz de la sala y encontró de frente a C. sentado junto a dos maletas paralelas a una mesa baja de nogal. Tenia los ojos cerrados y ni la presencia de J. parecía animarlo a mover un solo músculo de su cuerpo.
J. había ensayado durante años una reacción ante la posible marcha de C., tan esperada como odiada. Esperó en vano una señal por mínima que fuera. Los párpados de C. seguían cerrados, como si la carga de una convivencia triste y anclada, hicieran palanca en sus ojos. Necesitaba un cigarro para relajar la tensión. Se dirigió al dormitorio y notó ya la ausencia de algunos libros, algunas fotos, algunos huecos difíciles de reemplazar. De regreso a la sala, nada ocupaba el hueco vacio de las maletas junto a la mesita y el silencio quedó roto por el cierre de una puerta que dejaba atrás C.

Al encender las luces en la sala de proyección, los pocos presentes abandonan lentamente el local, mientras Javier y María intentan leer los créditos de la película.
Ya en la calle, María interrumpe un silencio espeso con una pregunta:
-¿tu crees que nuestra despedida será mas o menos así?- y Javier con las manos en los bolsillos y después de unos segundos responde:
-realmente no lo sé, pero quizás te respondería mejor mi mujer-.
Una leve sonrisa dibujan los labios de María mientras siguen caminando sin hablar, bajo las luces de los musicales de la Gran Vía.