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lunes, 26 de octubre de 2009

Flashback

Volvimos a los lugares de siempre. No era una procesión nostálgica de ausencias colectivas, pero algunas cosas volvieron a ser como antes. Las mismas caras en rostros diferentes, la misma música, la misma pedantería disfrazada de avanzadilla artística. Motown y Manhattan. Aún nos debemos el paseo por Brooklyn.
Sabes que el alcohol me vence en pequeñas dosis. A ti te sigue sorprendiendo que funcione esta ciudad de película muda: incluso la banda sonora- nada nuevo bajo el sol-.
Las mañanas de sexo de esta primavera en noviembre son una avanzadilla del invierno frío, paciente y expectante. Me gustaría repetirlo el sábado disfrazado de horrible payaso, asesino noctambulo y triste. Pero por favor, esta vez prefiero el dry martini, la noche de halloween será un susurro colectivo estruendoso.

lunes, 19 de octubre de 2009

Prohibido estacionar.

Recuento los paseos
por esta calle inútil de pasos cortos
y no doy con las señales
de advertencia de prohibido estacionar.
Mentalmente subo y bajo
miro cada detalle, cada obstáculo,
intento cotejar la mirada de los paseantes
clavada al suelo, y no, no percibo el desastre.
Deberían proporcionarnos cierta atención,
algún recelo sobre las paradas evidentes
y excesivas, en tu calle nadie avisa
del peligro inminente de grúa.
El almacén municipal,
depósito de cadáveres
donde se alojan los restos
de tus aparcamientos clandestinos,
vislumbra una luz monótona y triste:
en tu calle, las farolas escupen soledad.
 

martes, 6 de octubre de 2009

Duros a cuatro pesetas.

Digamos, que para gobernar un país
hace falta algo de sentido común.
De ese que no dispones
en los bolsillos:
bobo, que aún sonríes
a los abuelos en los parques.