A veces caminar por una ciudad, por una calle o avenida medio transitada, puede resultar una acción arriesgada- sobre todo cuando llueve y un mar de paraguas inunda las aceras de este soleado otoño: impostor de señuelos en primeros frios-.
Soy alguien normal. Ni alto, ni bajo. Ni gordo, ni flaco. Ni guapo, ni feo. Pero hay algo que me define y me distingue del resto de los mortales que habitan mi ciudad: soy un profesional en el manejo del paraguas. Me explico:
El uso y la elección de un paraguas es ago muy serio, casi peligroso en manos inexpertas.
Un paraguas debe resguardar del agua a una sola persona, nunca a dos. Olvidemos los modelos playeros creanme, son todo dificultad para caminar por esas calles comerciales. Su diseño es importante. Lo mejor, negro para el caballero y a color, dicreto para las señoras. Olvidense de eslóganes comerciales: Nivea Cream, Cervezas San Miguel, Carniceria La paqui: la mejor carne del barrio-¿Tan buena esta la paqui?- eslóganes deportivos: Musho Betis, Aquí se juega al Teto, Jornadas Hispánicas de Rugby australiano. Publicitarios, los mas enconados: Beba Agua, Coma Pan y Moje, Coma mantecados, tambien en agosto. Los higiénico sanitarios son a veces de mal gusto: Con frenadol aquí no estornuda ni Dios, Coloque un supositorio en su vida, otra cosa es donde. O aquel estrafalario y cómico: Si quieres sexo: sonríe, pero no me llores, anda. Con todo esto les quiero contar, que la eleccíón del diseño de nuestro paraguas es importantísimo tanto así, como nuestra ropa interior, perfume o zapatos. Nos define como somos.
Su uso ya es otra cosa. Hay que ser refinado, no es un palo, ni un bastón, ni una vara de mando. El paraguas se abre con dulzura y energia en un solo toque enérgico. La prolongación del brazo debe ser rígida y en ángulo recto con el antebrazo y así evitaremos esas gotas molestas en la espalda. Y lo mas importante: su conducción. El paraguas no se inclina a derecha o izquierda cuando nos cruzamos con alguien, debe ser el mas alto el que ascienda su paraguas para evitar el choque.
Años de estudio y constancia me llevaron a editar mi primer libro: Gotas caen, donde disecciono los tipos de lluvia de mi ciudad. En mi último libro, Un paraguas olvidado, diserto sobre la soledad del mundo y sus habitantes. No esta mal dirán ustedes. Imaginen que en mi ciudad llueve 25 dias al año.
Sin mas tiempo que dedicarles, me despido de ustedes con la intención de que propaguen el buen uso del paraguas.
Saludos.
12 comentarios:
Muy curiosa la entrada. Respecto al uso del paraguas tienes mucha razón. Es un instrumento muy peligroso en manos inexpertas.
Saludos
Debería ser obligatorio, pasar un examen para poder utilizar el paraguas
Jajaja, muy buena reflexion. Deberia existir algo asi como un carnet de paraguas, y que nos pudiera quitar puntos, y poner multas. Seria la bomba, jeje!!
Mil besitos!!!
jajajaj habría quedar cursos de manejo de paraguas, hay quienes se destacan por ensañarse con los ojos ajenos! jejejeje
saludos!
Caramba, que agradable sorpresa me acabo de llevar, llevo años buscando alguna obra que tratara de este asunto.
Me ha gustado mucho esta entrada, estamos ultimamente todos muy trascendentales.
John W.
El tip de que en paraguas no se debe inclinar si no subir, es muy bueno.
Quien diria que un paraguas necesita tanta practica para su uso.
Si Magritte te hubiera leído...
Un abrazo
Me causó mucha gracia tu filosofía, reflexión y gran discurso respecto al uso del paraguas...
Bien.
Un fuerte abrazo, espero estés bien.
Besos.
" Gotascaen"??
yo creia que eso significaba "llover" en alemán..
Ya en serio: Un relato divertyido, ocurrente, todo un manual que debe ser leido especialmente por todos aquellos que se creen de vuelta de todo, incluso del paraguas..y son, por tanto, quienes más los rompen
Un beso Antonio
Yo, cuanto menos, espero hacer buen uso de estas recomendaciones. Por lo demas, una pregunta: ¿Su libro está a la venta o ya está descatalogado?
Sonrío.
Muy buena entrada, creo que eres de las personas que piensa y busca el "por qué" de las cosas, lo que te hace ser algo más cauto.
Es veredad que cuando hay lluvia, en una calle estrecha es una odisea pasar, y más si en la ciudad apenas llueve.
Luego, me he quedado con la duda de si los libros son de verdad, o un queo.
Un saludo.
Bien Antonio, dos veces bien. Demuestras que más que el contenido, es la elaboración del texto lo que vale.
Quizás un poco a la manera de Cortázar en "Instrucciones..."
rober
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