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jueves, 5 de febrero de 2009

María 7

María llegó a la estación sur de Madrid como quien conoce la celebración de una fiesta sorpresa en su honor, con rictus serio y una serenidad decreciente y abierta a cualquier reacción. Había estado ensayando mentalmente durante las horas del trayecto, la forma, el contenido, incluso la entonación de sus excusas y la forma de explicar lo inexplicable a ojos de alguien que esperaba su vuelta.
Cuando dio sus primeros pasos y descendió sujetando con fuerza su bolso de viaje, pensó si no sería todo un error, el haber marchado hacia un futuro incierto, o lo que era peor, dar marcha atrás sin lograr llegar a la meta. Lo vio a lo lejos, mediano, mediocre, como quien compra un boleto de lotería atrasado. Cada paso, cada centímetro recorrido hacia él parecía un mundo. Esperaba con normalidad, como quién espera el regreso de un fin de semana mágico y agotador, levantó su mano indicando su presencia y Maria se dirigió hacia él lentamente.
Ni un solo reparo, ni una mirada turbia ni tan siquiera un mal gesto, tan solo un beso en la mejilla y una pregunta sobre trafico y comodidad, como si regresara de un viaje relámpago por motivos familiares. Se dirigieron hacia un taxi a la salida de la estación y ahí mismo, mirando la ciudad que dejó atrás hace unos meses, observando el tránsito ya de una vida extraña y que volvería a ser la suya, alojó a Ernesto en lo mas profundo y oscuro de no se sabe que lugar del alma, como así la nombraba, como así la llamaba , como así la recordaría siempre, Alma.

13 comentarios:

Carmen dijo...

He sido María en otra ciudad. Aquí no. En la estación Sur, no. Y en Atocha imposible, que está lleno de tortugas de todos los tamaños...

luna dijo...

Y seguirá? me atrapaste, me encantan tus relatos.

la burbuja gris dijo...

ya me paso eso de "guardar" a alguien en presencia de alguien mas..

D dijo...

El personaje nos hace pensar, mas bien preguntarnos directamente —como seguramente lo hemos hecho alguna vez— que es mas mas difícil: ¿Irse o Volver?

y posteriormente, confrontar las respuestas: entre el que se va, y el el que se queda

Animo...

GABRYPOL dijo...

lo que suena en el mio son los originales jajaja! gracias por la recomendación, es de mis canciones favoritas ;(. saludos!

Mia dijo...

Me encanta...
Prefiero irme que volver... Hace menos daño.
¿Alma jamás volverá a ser Alma?
Besos de aeropuerto

La última de la fila dijo...

PERDÓN POR LA AUSENCIA,ES QUE LAS VALIJAS NO SE HACEN SOLAS DESAFORTUNADAMENTE.
GRACIAS POR EXTRAÑAR MI VISITA,JURO NO ABANDONARLO JAMÁS.-
VUELVO PRONTO.

BESOS.

L.U.

p.d:NUNCA DEJES DE ESCRIBIR,POR FAVOR.-

Anónimo dijo...

Woooowwwww

Llegué en buen momento, pude leer la historia completa (bueno al menos lo que llevas de ella)...

Porque espero que continue :D

Thania dijo...

Se complementan
Son uno y el otro.
Aunque el encuentro sea cotidiano, que mejor que sentirse así, sin pedir nada.
tus escritos son de añoranza rica, vaya me haces pensar en muchas cosas


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y cuáles son mis responsabilidades como primera dama??
jaja
soy feliz

gracias

Nawwel Nieto dijo...

la verdad un placer pasar por tu blog, yo recein comienzo con el mio, espero que pases , Te deseo lo mejor y que te diviertas, comentes, opines, en mi blog, porque es para eso.
un beso enorme
Nawwe Nieto

lana dijo...

ssisisisisisisisi......qué es lo más difícil....?
llegar o esperar...?
pucha....que dilema...esperar sin esperar nada a cambio... medio difícil....no?....igual de difícil que llegar sin esperar nada....
Los dos pares de zapatos incomodan.
un beso para ti también.........

protaro dijo...

he estado en una situacion similar...

muy interesante, me agrada :D

José Luis López Recio dijo...

Muy bien escrito, me ha gustado. Además, también eres granaino. Saludos