Como cada mañana, Julia sale de casa con la única pretensión de no hacer de este día, algo transitorio y monótono. Sus Vialis de media caña picotean el suelo con un golpe seco. La precisión de sus tacones es tan armónico que parece tener medidos los pasos a dar en cada acera que pisa. A Julia le gusta el vivir bien, si entendemos por ello no tener ninguna responsabilidad laboral y disfrutar al máximo de los placeres de la vida. Trabajar el sexo sin intermediario tiene la ventaja de planificar los días con el desdén que proporciona una agenda a medio marcar y un dinero fácil que a veces cuesta tanto ganar, que produce vómito recordar a tanto cliente indigno para tal fin.
Pero Julia tiene un secreto. Julia se ve con una chica del barrio. Una chica normal. Una chica que hace suyo el no-logo, y que no sabe interpretar ese trabajo tan extraño que Julia parece no querer compartir con nadie. Añora la piel de Julia en las tardes muertas del fin de semana, las salidas inoportunas, las cancelaciones de citas tan esperadas como dolorosas.
Le gusta disfrutar de Julia, de sus senos firmes a dos mil la unidad, de sus piernas largas, tersas, de su sexo casi público, le gusta percibir a las horas el olor a sexo en su boca.
Pero ella no conoce bien la vida de Julia, no le importaría permanecer con ella
el resto de su vida. Aunque tuviera que abandonar una casa con marido incluido, gato y una colección de casas de muñeca que la pone de los nervios con cada nuevo fascículo.
Al secreto de Julia le llueven las dudas. No tiene un trabajo tan independiente y no se siente con las fuerzas necesarias para comenzar de nuevo.
Julia vuelve desde un lujoso hotel de la Gran Vía después de satisfacer la fantasía de una joven pareja de Madrid, con el tiempo justo para tomar una cerveza con su chica por El Campo del Príncipe.
Comienza una noche perfecta.
11 comentarios:
Cada quien con su vida, hace lo que mejor puede...
Aunque la perfección de la noche no termine de ser todo lo que parezca... Seguro que le parece mucho más que eso.
Un abrazo.
John W.
Quienes somos para criticar a Julia?
Si ella se siente feliz....
Me encantaría tener menos prejucios y ser en cierta forma como ella....Sin temor, sin miedo a perder la dignidad.
Saludos!!
Una noche perfecta... ojalá sea cierto.
Es estupendo cómo describes paisajes cotidianos tan fielmente que casi se puede oler la realidad.
Besos.
Esa gran vía siempre presente, poblada de historias de placer, dolor, vicios y más; me encanta olerla, sentirla, comermela a través de tus palabras.
un beso para el camino, para esas andanzas con Julia.
A mí Julia, la superviviente Julia, Julia la profesional, se me antoja que no debería de teenr tal secrero.
Pd.- Lllegará a tu ciudad,.. siempre que lo pidas en tulibrería de cabecera.
GRacias.
me encantó la forma de relatar que tenés.... me encantó.
Que la noche sea perfecta entonces y que el secreto de Julia vuelva a casa con la valentía suficiente para hacer las maletas de una vida que no le llena...
Besos
Y yo descubro el tuyo y me encanta tu forma de escribir. No hace falta que me pidas permiso. Mi blog esta abiertos a todos. Y yo puedo pasar no?
Besujis!!!
y yo quiero, también, una cerveza...!
Un personaje interesante el de Julia.
Me gusto mucho el cuento.
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