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sábado, 2 de abril de 2011

Al otro lado del auricular.

M. trabaja para una compañía telefónica de España pero vive en Perú. El primer día que escuché su voz, le corté el rollo con toda la amabilidad y con la naturalidad que me brindaban la treintena de llamadas anteriores recibidas de todas las compañías telefónicas del mundo. Volvió a insistir al día siguiente y lo despaché con la misma amabilidad pero con menos disimulo- últimamente no paro, tarifas de telefonía móvil, nueva compañía de gas, incluso en un sorteo gané 6.000€ si devolvía la llamada a un teléfono 805- pero el quedó en volver a llamar, con un acento suave encadenando las palabras lentamente, en un baile de sonidos contagioso.

Cambiaba de hora, de estrategia, incluso llamó otra compañera en el turno de tarde, de mi tarde naturalmente. Así cada dos días, cada semana, cada mes. Un día, le pregunté de donde era- de Lima me dijo- me habló de lo bien que le trataban y yo no quise comentarle que ganaba un tercio menos por hacer lo mismo que en España.
Quiere venir - pasa, le comenté cortésmente. Ahora España es un vertedero económico, quise explicarle- es del Madrid, yo quiero que abrace la verdadera religión, la blaugrana y no hay forma de hacerle olvidar a CR7. ¿De telefonía? Ni hablamos, es más, ya me dijo que la compañía para la que trabaja es la mas cara y el mismo tiene un contrato de permanencia con la competencia. Así es la vida- me dice con cierta sorna-.
Hay amistades que surgen en cualquier esquina.
He de ir dejándoles, M está al caer y hoy vuelve La Liga. Discúlpenme pues, que diría M. arrastrando la “s” desde el final de su garganta.

9 comentarios:

Alex B dijo...

A veces necesitamos conversar con alguien ( y si es un extraño mejor aún)
Un beso

Mixha Zizek dijo...

Interesante historia y a veces un extraño puedo ser alguien interesante e inesperado y otras no.
Me gustó que tu personaje sea de Lima, porque yo soy de allí aunque soy mitad peruana y mitad española mi parte peruana es más fuerte. besos

Anónimo dijo...

Bien, no sé que cómo tomarlo, pienso que hay bastante güasa en el texto jajaja, creo yo, a mi, es que me estomaga que me llamen a ciertas horas, porque claro, con la diferencia horaria, yo que llego a las 16 h a casa y a veces más tarde, como allí son las 8 o las 9 de la mañana... pues eso, que empiezo a comer y empiezan a sonar ofertas..., mejor no te cuento más :-).
Saludos

Miguel Baquero dijo...

Me parece un trabajo brutal, el de teleoperador, el de llamar a una persona que lo último que desea, seguramente, es escucharte

taio dijo...

interesant

Musaraña dijo...

Si, va a ser eso de "Este es el comienzo de una gran amistad"..

Muy bueno, un beso!

SILVIA dijo...

A mi me llaman cada día de 2 a 3 veces, y te aseguro que lo que menos tengo es amistad... jajajajaaaaa!!! Besotes!!!

Marla dijo...

Desde luego con este tema se puede escribir un libro. Yo te puedo contar la historia de una operadora que no podía ayudarme porque no me sabía un dato que me pedía, y cómo haciéndole la misma pregunta a una nueva...no hizo falta tal información. Llamar a timofónica o a robafone es una aventura!

MARIA I dijo...

Lástima que la distancia... la diferencia de horario... el agite diario.... en fin... nos aleje de esas lindas amistades que se hacen a distancia.
Un abrazo ogr...