El sábado decidí agotar mi cuota mensual de visitas a El Alquimista. Era una noche tranquila, calurosa por otra parte y prometedora en todos los aspectos. Me encontré de nuevo con M. Ha vuelto de sus vacaciones mas moreno y arrollador que nunca. Antes de saludarlo ya tenia servida en la barra esa cerveza fría que tanto me gusta.
Me contó de sus andanzas por la costa, de sus incursiones furtivas en exploraciones sexuales experimentales y sobre todo, me habló de lo tanto que echa de menos la ciudad a la segunda semana de ausencia. A esta ciudad se la ama y se la odia a partes iguales. Sentimiento que sentenciamos con un chupito, en un brindis al aire.
Los becarios- así llamo a los camareros eventuales- se mostraban inquietos y reticentes ante la llegada de los clientes de siempre, ante tanta aventura disparatada a la cara sin anestesia. Entre turistas, estudiantes de primer año buscando alojamiento y cuarentones buscando alguna aventura que contar de vuelta a su rutina post-vacacional.
Saludé a A. tan fantasma como siempre. A I.G. que me sacó una copa del bolsillo con habilidad de trilero. A G. que me contó sus innumerables anécdotas en su gira de verano. Aunque todos sabemos que la gira engloba tres bolos en pueblos de mala muerte.
A EMEJOTA radiante y feliz, algo preocupada: busca piso para un master, año sabático diría yo. Tuvo un verano interesante me cuenta, mezcla de viajes inesperados a campings almerienses, noches a pie de playa y robos con alevosía y nocturnidad. De este último percance, intento un soborno en toda regla en derechos de autor- me encantaría relatarlo, eso sí, omitiendo personajes y lugares, sobre todo por el buen nombre de la localidad en cuestión-.
También estaba V. Sigue ignorando mi deseo urgente con la mano izquierda de un domador experto. Indico con un gesto a M. cuanto se debe y me devuelve un gesto que agradezco con la gratitud intacta de un viejo amigo. Te debo una, gestualizo de lejos.
Al salir noto la brisa fresca.
Huele a cambio de tiempo me digo. A maoletas, granadas y membrillos. A libros, a papel añil salpicado de acentos y miserias. A lluvia.
Huele a septiembre, mientras paseo por La Mariana con su olor a churros y chocolate.
Huele a septiembre, septiembre si.
Y aún duelen las ausencias.
22 comentarios:
Como es posible que tan pronto te huela a veranillo de san miguel,en pleno mes de agosto,con la que cae.
Me esta dando en la nariz que es un expediente x ,tendremos que llamar a Iker Jimenez. :p
BESOS.
hola solo saludarte un abrazo y a devuelta en casa y en el trabajo que llega septiembre
Por aquí también comienza a oler a septiembre...pero con primavera...y espero que pronto florezca.
un abrazo, y buena suerte.
qué diferente es el olor de septiembre en el hemisferio sur... y me imagino marzo, y digo que por aquí tu escrito sería huele a marzo..
un beso, me encanta lo que escribes y cómo lo escribes.
Las ausencias, me temo, doleran siempre. Que setiembre no tiene la culpa de nada:)
Me temo que en esta última semana de agosto, a todos los que no hemos ido de vacaciones, nos toca oir y re-oir las vacaciones ajenas, qué remedio...
Saludos
Adoro el olor a verano y no me gusta tanto el de septiembre pero, para bien o para mal todo llega.
Para empezar, no sé quién eres xD
pero creo que me da igual saberlo... o.o
Irremediablemente y diría que casi malditamente...
soy IGUAL a ti,
desde casi un mes antes me pongo a sentir esa llegada de la Primavera y consigo el Verano, es inevitable para mí comenzar a ponerme medio nostálgica y cosas así xD
Aunque aún no tengo edad ni madurez o el atrevimiento como para andar sola por ahí, de vez en cuando me arranco con mi prima y mi hermana mayor por ahí a dar una vueltecita...
Se le quiere mucho, aún cuando sea un tanto fastidioso leer sus entradas llenas de nombres como EMEJOTA o I.G. que no se entiende mucho, pero qué va...
Saludos desde mi casa xD
P.d.: Soy su seguidora nº 200 xD
Septiembre, trae el final de una novela. ¿cómo va la lectura?
no nos hemos encontrado
un beso con aliento a lejanas hojas otoñales.
Asi que a eso era... A eso olía esta mañana, al levantarme y abrir mi ventana hacia la sierra, a las primeras nieblas del milenio que nos duele durar un año...
Acaba usted de hacerse una nueva admiradora. Silenciosa y discreta, que soy mozuela y no suelo dejarme ver, pero siempre expectante y deseosa de esos rayos de luz que, de vez en cuando, nos regala la casualidad. Ahora, gracias a vos.
Será un placer acogeos en mi casa cuando gusteís.
Un (B)eso.
Señorita Estropajo.
Septiembre ya asoma el hocico.
Tiene dos caras.
Espero que me muestre la buena.
Saludos.
septiembre....la vuelta al cole, aquella brisa nocturna que hace que te cubras los hombros cuando sales a tomar algo por alguna de las terrazas de nuestra ciudad o que haga que te despiertes por la noche a taparte con sábanas....septiembre...tiempo donde estudiantes comienzan a realizar ls matriculas de aquellos cursos q quieren studiar, la busqueda d nuevo piso, reencuentros y despedidas, nuevos garitos y nuevas caras....llega septiembre, un mes d cambios y própositos....brindemos cn una cerveza fresquita dl alquimista.
Hola! Me gusta tu blog y ya te sigo.
Gracias por votar el mío en la Blogoteca!
Saludos, y seguiré por aquí...
Huele a septiembre, pero aún nos quedan unos días, como cuando huele a lluvia pero sabes que tienes unos minutos para resguardarte del chaparrón.
Por otro lado, volver al bar de siempre con la gente de siempre significa que ya empiezas a sentir la lluvia aunque todavía no haya caído una gota.
me encantó tu post.. mucho, seguiré visitandote, no lo dudes.
Si, huele a septiembre. Pero no sólo huele. Se siente y se ve...
O no es triste que suele el despertador, y en vez de la luz intensa que entraba hace apenas una semana, tengamos la total oscuridad?
Me encanta septiembre, me encanta el otoño, me encanta empezar a taparme hasta la nariz por las noches, me encanta...
A mi septiembre quizás sea el mes que menos me gusta. Prefiero las ausencias de agosto y la tranquilidad de la ciudad, que no deja de tener sus sonidos, pero parece que durniera como si en vez de rugir lanzara un suave ronquido.
No solo cambia el olor, tambien la luz y el sonido del aire cuando pasa entre las hojas, pero me gusta ese mes.
Besos.
Lunna.
..este año añoro más que nunca septiembre. Se resiste y se alarga de una forma tan aspera y cruel..
Septiembre para mí siempre fue un mes de cambios, y por los de este año tengo una especial ilusión..
me gusta mucho tu blog antonio!
Vaya rollo escuchar en detalle las vacaciones ajenas y si van documentadas con fotos como para que te de un parrake. Septiembre ya está casi aquí,y el otoño... a ese sí que le tengo ganas!!! Abrazo.
Acabo de ver el comentario que me dejaste en mi perfil del 20 minutos; del concurso.
Y he de darte las gracias, porque a pesar de que no he hecho publicidad ni muchísimo menos del concurso, tú te has pasado por ahí.
Por otra parte, no creo que mi blog sea bueno, más bien lo veo 'del monton para abajo'; ya que he visto por ahí verdaderas joyas en bruto, y no es el caso de mi blog.
De todas formas, me repito, gracias por comentarme ahí, de varas.
Olores granaínos.
Saludos
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