El Alquimista volvió a sonreír como en su mejor época. Ni esos pro-ongs culturetas, ni los modernos de barba de tres días, flequillos bunnymen entubados en vaqueros de vivos colores, pudieron enturbiarnos un sábado apoteósico.
G. nos introdujo en el mundo sabio del pop, con una leve dosis de Midnight-oil acompasada e ignótica: una regresión contagiosa a un mundo pasado y feliz. Nos habló de su llegada a la ciudad, de los pasos dados, de los perdidos, de las noches de tertulia etílica a los pies de Santa Ana. De mujeres, de odios. -Beds are burnnig sonaba de fondo y fuimos G durante unos minutos.
V. nos habló del primer sexo robado. De su novio inglés. De los polvos a quemaropa en los baños del Planta, de las excursiones de fin de semana a Londres y su vuelta. Triste regreso
a un mundo perdido en un lugar cualquiera. Y soltó su canción como pidiendo perdón de antemano, Missing. Asentimos como párvulos. También nuestro deseo intentó rozar sus piernas, su lluvia también se echó de menos.
Puestos a sincerarnos I. nos sorprendió a todos con una elección magnífica y olvidada. El gran Billy Bragg y su sexuality.
-Nunca entendí la letra hasta hace poco. Creí que se trataba de sexo con el gran amor y no con el himno a la libertad de elección y contra el racismo que fue siempre-. Sonaba de fondo The La s, todo el local cantaba a coro There she goes y nos mirábamos mientras los modernitos de turno ponían cara de asombro y nos apuntaban con la desidia y el desdén de veinte años menos. Al. no habló de canciones, habló de vidas. De vidas perdidas. De lo que quisimos ser y en lo que nos hemos convertido, de promesas rotas. Del microcosmos absurdo
de lo individual. Comenzábamos a desfasar, a cambiar el ritmo verdadero de las experiencias pasadas, a distorsionar la realidad anterior. Sonaba Feist- one, two, three, four, tell me that you love me more- y volvimos a rajar de nosotros, a beber y a reir. Mientras, nos seguían mirando los pro-ongs culturetas, los mismos que cantaban a Sabina cuando nos partíamos el culo por conseguir el phornografic de The Cure.
Así es la vida comenté, mientras alguien pedía a M. una vaso de agua mineral.
Ya sabes me dijo M. Cambia la vida, la música, las drogas. ¿Dónde he oído eso yo antes?, pensé mientras suplicaba un roce furtivo de V.
18 comentarios:
Una entrada muy personal e intimista, sobre tus amigos y tu generación. Yo creo que soy algo más pequeño, pero adoro 'Beds are burning'. Muy bien expresado a través de las canciones.
Que si cambia la vida. Y si cambio a V por una conocida creo que podría estar en la escena :s
¿Cuándo me propuse ser lo que hoy me devuelve el espejo?, ya casi no recuerdo.
Espero que haya tenido buenas consecuencias ese roce...
Un abrazo
muy pero muy bueno
Ese Alquimista más que un bar parece el infierno, ese infierno que me cuentan donde todos se la pasan tomando y hablando de sus "maldades". Qué bueno tenerte de regreso, palabras para iniciar una nueva temporada ¿cuánto falta para el otoño?
besos californianos ;)
conectaos al msn!
:)
Hace un par de meses tuve una experiencia parecida. En ese momento me ilusionó mucho, pero después no me gustó.
Cada momento y cada instante han de ser irrepetibles. Según Einstein no se puede viajar en el tiempo. Ojalá y no esté equivocado.
John W.
Hay momentos en ciertas vidas en que las rutinas ni dejan sombra!...me alegro!
Saludos!
Hola!!!!!!!!!!!
Mira vos el Capitán se hace el niño, muy buena entrada yo tengo en verdad unos cuantos más que el capitán……
Un abrazo de oso.
Vi tu comentario en mi blog de los premios20blog, muchas gracias por el apoyo.
saludos
Me gusta mucho tu blog, estare visitandote seguido Antonio para seguir leyendote de vez en cuando. DTB
Muchas gracias por tus visitas y comentarios!
...no lo olvido!
Qué suerte que pasé por aquí.
siempre he creido q la música es lo máximo....sin importar idioma, género
saludos !!!
¡Hola Antonio! Creo que
simplemente es la "Rueda"
Esa que rueda y rueda, sin detenerse en el tiempo ni en el lugar.
Esa que nos acoge a todos.
A todos los que pensamos ser los únicos y verdaderos… A todos...
Saludos de J.M. Ojeda
Entro en esa espiral de palabras, sensaciones, descripciones, de pura vida y no veo el momento de irme.
Me encanta pasarme,y saborear en la barra el cóctel del día....
Una sonrisa
Que momentos!!
Me gusta como nos lo has contado!! tan intimo..sii..
abrazos.
Que recelosos y pedantes nos volvemos con nuestros disquitos y nuestra musiquita, qué sectarios, que apropiación hacemos. En fin, somos las canciones que amamos y las que aborrecemos.
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