Había figuras y sombras.
Y adoquines rebosantes de agua
que dejaban nuestros pantalones sucios
de salpicaduras y miradas
a las mascaras de alérgicos tristes.
Porque al entrar en Gran Vía
con esa gorra marrón e infinita de parasoles,
dejaste mis labios, a mis ojos rojos de polen maldito
perdidos entre zapatos nuevos,
junto a un helado de los italianos.
Y me quedé solo,
mirando al suelo y sus geranios rojos,
comiendo lágrimas
con chocolate negro.
Sonaban cohetes festivos
y los globos perdidos en el cielo
de colorido plateado
lo vieron desde lo alto y tu, ya no estabas.
14 comentarios:
-...comiendo lágrimas con chocolate negro-
<3 love that line...
Un poema muy emotivo, ojalá yo supiera escribir poemas, eso sí que es un don.
Besos
mira que me dieron ganas de seguirte leyendo ...no sólo será una amenaza...!!!
nostalgia tranquilita nomás...así me sentí cuando leí.
saludos!
me encantooo! subjetivo a mas no poder y un total reflector de emociones, tristes entre si, pero hermoso... duele que la persona amada no este a lado nuestro, pero a veces un chocolate negro quita el mal sabor de boca que ah dejado.
Muchas gracias por la visita!
A veces los festejos exteriores no condicen con las lágrimas que van por dentro...
Un abrazo.
Buena imagen la de los geranios rojos, las lagrimas y el chocolate negro...
:-)
Yo también me quedé sola en Gran Vía...
la soledad de los espacios abiertos..
Gracias por la visita, me agrado tu presencia...
Tu poema, simplemente, precioso....
Besos.
"Y me quedé solo,
mirando al suelo y sus geranios rojos,
comiendo lágrimas
con chocolate negro.."
Bello e intenso, toca, emociona al leerlo
Besos
Me gusta el remate de los versos finales. El mundo sigue su marcha pero hay alguien que ya no está.
Saludos!
yo solo te puedo hablar con imagenes de la Gran Vía.
Yo ya no como lágrimas... ellas me comen a mí y me gusta.
Saludos y besos siempre atestados de las más sucia admiración.
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