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jueves, 3 de junio de 2010

Corazon de navaja (2)

Tenía por entonces diecinueve años y aunque solo la superaba en tres, parecía como si aquella criatura joven, fresca y brillante, me hiciera mayor de treinta.
Tomaba coca-cola y le gustaba despegar las etiquetas de la botella para escribir poemas que posteriormente arrojaba al suelo en pequeñas bolas de papel arrugadas. Otras, realizaba figuritas indefinibles, leía y releía sus poemas hasta que empujada por quien sabe que, los hacia tiras de papel con reverso plateado que hacía girar sobre la mesa del bar. Cuando ella iba al lavabo, yo tomaba esas pequeñas bolas parecidas a migas de pan del suelo e intentaba unirlas en un puzzle contra reloj que nunca conseguía realizar.
Mi vida con Lidia fue un constante sube y baja, una montaña rusa frenética, donde el final del viaje era esperado por ambos, aunque tuvimos que esperar demasiado; algo mas de diez años.

25 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha gustado, me supo a poco.
Saludos

Pequeña Rock and Roll dijo...

Ya sólo el título es genial!
Sonrisas de migas de pan...

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Intensa manera de contar un recuerdo, un amor que te ha marcado.
Me gustó.
Saludos!

Meme dijo...

Aún te quedan 10 años más y otros 10 más, incluso algunos más todavía para conocer a otras Lidias. O a otras de las que aún no sabes el nombre.

María dijo...

Recuerdos llenos de vida y... de amor.
Precioso testimonio.
Saludos.

MAMUMA dijo...

Bonita descripcíón.

Miguel Baquero dijo...

Qué bonito lo de escribir poemas en las etiquetas de coca-cola y luego tirarlas. Siento que no pudieras estar con una chica así toda la vida.

Abbie dijo...

Buf, casi como la mayoría de las relaciones.. Una constante montaña rusa..

Dante Bertini dijo...

gracias por la visita y bienvenido
Lo espero en mi otro blog, más exhaustivo.

un buen post

Anónimo dijo...

Me gustan tus últimas entradas...

M. de Floresta dijo...

Ups! 10 años? Parece mucho para algo que no dba para tanto. Esas cosas ytiene el amor. No nos resignamos alfin, y el deterioro termina siendo peor.

Gracias por tu visita. Ya te enlacé! y te sigo leyendo.

Besu!

la chica de las biscotelas dijo...

qué bueno! y qué larga la espera...

Taller Literario Kapasulino dijo...

Que lindo que has escrito esta historia, pequeña, breve. Con los detalles a flor de piel.
Me encantó.

≈ ғaιтн . dijo...

Wow y doble wow, genial sumamente precioso me encanto sigue escribiendo :D te leo siempre que tengo tiempito besitos bye

Caroli dijo...

El título llama a la lectura y no decepciona, así que te felicito, es un placer leerte.
Besos.

piluna dijo...

Me recuerda a una historia de alguien muy cercana a mi... Me supo a poco, quisiera saber como terminó o continuá esa historia, igual da claridad a esta otra historia que me ha hecho recordar....

Muy bonita... besos

Amaya Martín dijo...

Haces en tus textos magia partiendo de lo más cotidiano..brillante!
Besos

Espérame en Siberia dijo...

Crónica de un desamor anunciado. Sé de eso, encanto.

Muchas bonitas vibras :)

Alegría. dijo...

No está mal. Ese juego de adivinanzas, prisas y deseos que no son fáciles de alcanzar, aunque sí están cerca, son una gran motivación para... vivir.
Un saludo.

SILVIA dijo...

larga espera... ¿mereció la pena?
Abrazos!!

Mayte Llera (Dalianegra) dijo...

Estupendo texto, me ha gustado el ritmo que le imprimes y las descripciones de hechos en apariencia insignificantes, pero que, realmente, conforman el corazón del relato. Casualmente conozco a una Lidia de unos dieciséis años, enamorada de un hombre de más de treinta, aunque el protagonista de tu narración sólo tenga diecinueve y aparente treinta...Un beso y feliz domingo.

N Ó M A D A dijo...

Suena bonito lo de los poesmas...
Ahora que saber que de ahí a 10 años hay final...

Thania dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Thania dijo...

Los amores de bar son mis favoritos. La coca cola no me gusta, pero me caen bien esas personas que saben apreciar las etiquetas.

Un beso Mr. de esos de los de siempre, que ya conocemos y extrañamos.

Alís dijo...

Si el final del viaje tardó diez años en llegar es porque hubo muchas etapas que valieron la pena. Lo mejor es quedarse con eso.
Me encantó lo que cuentas y cómo lo cuentas.
Gracias por traerme hasta aquí
Un abrazo