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jueves, 17 de febrero de 2011

LADY GAGA.

“Soy un tipo de canciones” le escuchaba decir al tipo espeso, cuando la camarera inundaba una carpeta de discos compactos con unos dedos impregnados de sabor a vodka con naranja. Segundos después, el inicio de Wonderwall, acallaba las palabras del doble de Torrrente como si la música fuera una adormidera serena y global, y los presentes meros espectadores de una obra de teatro con final predecible.
Cuando las señales corporales emitidas por el gordo anunciaban su estrellato momentáneo, dos chupitos de un licor verdoso, anunciaban el inicio de un pasito más, como si la rubia del bar asintiera en la galantería y el azar diera una oportunidad a una noche exitosa. El bullicio del garito dejaba paso a momentos serenos por esa avalancha de los fumadores hacia la puerta del local, concurrida como un local de alterne en feria. La visión de nuestro amigo, inclinando su peso hacia la barra, desafiando cualquier ley física e intentando sujetar las manos de la rubia con esa hilaridad de verbo fácil y rápido, resultaba algo cómica……

-¿Y esa es la nueva historia que vas a colgar?- disparó I., incrédula por la inacción del protagonista. No ocurre nada, ¿se la tira al final? ¿Muere envenenado por un chupito? ¿La rubia es less?
No se la verdad- comenté algo sorprendido- solo quería escribir algo donde un perdedor tuviera un golpe de fortuna, una noche mágica. También tienen derecho los gordos grasientos a pasar una noche con la camarera rubia buenorra del bar, ¿no?
Hombressss- susurro I. al aire. ¿Tú te imaginas a Torrente con Lady Gaga?
Despierta chico, convierte el relato en un asesinato sin resolver, un suicidio colectivo, una historia de infidelidad continua, pero olvida al gordo o tendrás menos éxito que Lady Gaga por jotas a orillas del Ebro.

…….Justo cuando nuestro protagonista dirigía unas palabras a la rubia voluptuosa y justo después de llevar sus manos a la garganta y realizar numerosos aspavientos, cayó como fulminado por un rayo y su cuerpo quedó inmóvil sobre la barra húmeda del bar.
Solo se oyó la voz de A. sentado a mi lado que exclamó malhumorado:
¡Ya lán dao por culo al gordo!

7 comentarios:

Miguel Baquero dijo...

Es que hay tipos que están predestinados a no tener suerte ni en las novelas de ficción.

aldhanax dijo...

Pobre, una vez que tenía una rubia a su lado, qué cosa!! Pobre hombre jajaja
Besitos

Cristina dijo...

XDDD me ha gustado.
De todos modos debo decirte que la belleza es subjetiva, y los gordos no especialmente, pero hombres que al resto del mundo le parecen feos a mí me encantan.
Un beso.

Thania dijo...

las mujeres bonitas siempre se quedan con los feos...

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Me sumo al comentario de Miguel Baquero! jejejej
Saludos!

Mario Alvarez. dijo...

el hecho es que las mujeres , no quieren poetas, el aprender o no a escribir no garantiza una chica, lo digo por experiencia
saludos y perdón por contestar acá, es mi fobia de no contestar en el blog.

Raúl dijo...

No los redimimos ni en un cuento. No tenemos perdón, como creadores.
Sonrío.