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lunes, 19 de septiembre de 2011

Septiembre.


No llueve. No imagino un septiembre sin lluvia, ni una rubia sin labios gruesos y rojos. Pero no, no llueve. El sol molesta de pesado y las mangas largas de mi armario comulgan con fe cristiana por una tormenta ventosa y lluviosa. Pero no llueve, ni una triste nube que regale una sombra bajo mis pies. A mí el sol me gusta. Tanto, como para pedir asilo en Alaska en agosto. Pero no hay suerte. En el norte, donde el verde predomina sobre la raza y las calles son tristes como un blus, limpian su alma con el agua de agosto. Pero aquí, no llueve. Ni tan siquiera humedecen las flores secas de los balcones las primeras gotas de una lluvia sanadora y pura. Septiembre sin lluvia es una guerra a muerte de banderas negras y sucias. La misma que desemboca todas las mañanas en el azul de este cielo yermo y luminoso.

5 comentarios:

Aina Rotger Vives dijo...

Simple y llanamente genial.

Y descuida, lloverá.

Miguel Baquero dijo...

"Septiembre sin lluvia", qué gran título para un libro, cuánto transmite esa imagen. Todo un logro, sí señor

jairo poveda dijo...

HERMOSO LENGUAJE , UN TIEMPO DE SEPTIEMBRE SIN LLUVIA , BELLA FORMA DE PERCIBIRLO SALUDOS

Alex B dijo...

Septiembre huele a pólvora de las fiestas de los pueblos y sabe a besos precipitados antes de caducarse.
Pero aún puede llover y abombar los toldos de las terrazas que olvidaron ser recogidos, simplemente porque es Septiembre.

Dolores Reina dijo...

Me gustó mucho tu ritmo, como se ceden los versos. Me encantaron las imágenes. te invito a leer mis textos. saludos
www.doloresreina.cl